La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha asegurado que ella y sus concejales aceptan las críticas, tras el escándalo de los tuits, porque tienen las "espaldas anchas", y ha aseverado que no se arrepiente del "barullo" en el que se ha metido dejando su vida como "jubilada activa".

Sobre la cuestión de los tuits, Carmena ha apuntado que ni le sorprende ni le duele ya que no son más que reacciones a "los efectos del cambio". "Todas las personas innovadoras se encuentran con una gran confrontación. Somos personas de rutina", ha lanzado en una rueda de prensa desde el área de Equidad, Derechos Sociales y Empleo.

La situación la afrontan tanto ella como su equipo con "tranquilidad y respeto". Lo que están deseando es "poder trabajar" para demostrar que están en el Ayuntamiento para "mejorar". Esto le ha llevado a explicar que cuando se ha planteado si ha merecido la pena meterse en un "barullo" así recuerda la reacción de la gente.

Fue lo que le sucedió el domingo, 24 horas después de ser investida alcaldesa. Recibió un correo electrónico de distintas asociaciones, a las que contestó. Lo hizo telefónicamente y ella en persona. "Pensaban que era una broma, que no era la alcaldesa", ha relatado. Ese fue el caso de una asociación de Villaverde, que agradecieron el gesto cuando en años anteriores no habían tenido acceso a la Corporación.

"Estamos al servicio de las personas para mejorar la situación", ha resumido Manuela Carmena. "Aceptamos las críticas, tenemos las espaldas anchas", ha terminado.