El fotoperiodista José Manuel López (León, 1971), desaparecido hace 9 días en Siria junto a otros dos compañeros, el cámara Ángel Sastre y el periodista Antonio Pampliega, acumula una larga trayectoria como corresponsal de guerra con un trabajo marcado por la denuncia de la injusticias por los que ha recibido multitud de premios.

Apasionado de la fotografía recibió hace apenas tres semanas el Premio Marco Luchetta de fotografía por una imagen de niños somalíes jugando entre las ruinas de Mogadiscio.

Un premio que no es más que un reconocimiento más a una larga lista de galardones, a los que sumó hace escasos días la medalla de oro, en la categoría de prensa, del premio Px3 Prix de la Fotografía de París por un reportaje de las unidades de defensa civil de la ciudad siria de Alepo, en la que ha desaparecido y a la que había vuelto a viajar hace apenas 13 días.

López inició su carrera en un periódico local de León ya desaparecido y en el que como él mismo explicaba hace escasas fechas en una entrevista con la agencia Efe que aprendió "mucho" ya que el trabajo que realizaba "tocaba muchos aspectos distintos de la fotografía".

Un trabajo que no llenaba sus ansias de viajar, hacer reportajes humanos y de seguir los conflictos internacionales, por lo que comenzó a viajar durante sus vacaciones y días libres.

Tras 11 años trabajando en un medio de prensa y con la llegada de la crisis a los medios de comunicación, López se dedicó de lleno a lo que siempre había sido su gran pasión, hacer reportajes humanos y seguir los conflictos internacionales más candentes como fotoperiodista 'freelance' a tiempo completo.

Una pasión por la imagen que le ha llevado a Afganistán, Irak, Congo, Líbano, Palestina, Kosovo, Guatemala o Ucrania, entre otros muchos destinos.

Su trabajo en los dos últimos años se ha centrado en la guerra de Siria, el conflicto de Sudán del Sur, Somalia o Irak como un colaborador habitual de la Agencia France-Presse (AFP)

Ha publicado sus fotografías en los medios de comunicación más importantes del mundo como The New York Times, The Guardian, Le Monde, El País o Der Sipiegel y lo ha complementado con exposiciones individuales y colectivas.

La vocación por la fotografía y por la denuncia de las atrocidades e injusticias en numerosos conflictos bélicos ha marcado su trabajo de los últimos años.