El violento asalto contra la embajada española en Kabul se saldó finalmente con diez muertos, entre ellos dos policías españoles, el subinspector de la Policía Nacional Jorge García Tudela y el policía Isidro Gabino San Martín Hernández. una operación que supone una nueva demostración de fuerza de los talibanes afganos. Se trata del segundo ataque con una alta simbología que se produce esta semana en Afganistán, después de que los insurgentes lanzasen el martes una acción contra el aeropuerto internacional de Kandahar que se saldó con 68 muertos.

Se da la circunstancia de que en poco más de 20 días, el subinspector García Tudela hubiera regresado a España. Este agente, de 45 años, nació en Madrid, aunque sus raíces se hunden en la comarca de la Ribera. Concretamente en Alzira, donde hoy todavía viven su propio hermano, una tía y una prima hermana.

Estaba destinado en la Brigada de Policía Judicial, en concreto trabajaba en el grupo de investigación del distrito norte de Granada desde 1995. Había solicitado una comisión de servicio de cuatro meses en la sede diplomática que acaba el 3 de enero. A los familiares directos les avisaron del fallecimiento durante la madrugada del viernes al sábado. Según reconocen fuentes cercanas a la familia materna, ninguno de ellos daba crédito.

El alcalde de Alzira, Diego Gómez, quien conoció la noticia a través de los medios de comunicación, adelantó a Levante-EMV que mañana convocará una acto simbólico en el ayuntamiento de la localidad con la intención de transmitir «ánimos a la familia y el calor de un pueblo con el que Jorge García Tudela tenía estrechos vínculos». Gómez insistió en trasladar a los familiares sus condolencias y su respeto.

Reunión del pacto antiyihadista

El Gobierno español reunió ayer de urgencia la comisión de seguimiento del pacto antiyihadista para evaluar la situación tras el atentado. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, apeló ayer, en el ecuador de la campaña electoral, a la unidad de los partidos políticos en la lucha contra el terrorismo. Fernández Díaz, tras la reunión del Pacto Antiyihadista, puso en valor la consideración de la lucha contra el terrorismo como «una política de Estado que trasciende los vaivenes políticos y las coyunturas electorales».

El ministro resaltó el mensaje «positivo» que se trasladó a la sociedad española, a una semana de las elecciones, al sentarse juntos, el Gobierno, el PP, el PSOE y otras fuerzas políticas, que compiten en estas elecciones, «con la convicción de estar juntos para derrotar el terrorismo».

Las nueve fuerzas políticas que forman parte del acuerdo coincidieron en que lo ocurrido el viernes en Afganistán «ha sido un atentado contra España, al margen de cual fuera la intencionalidad de los terroristas, puesto que en la práctica han sido los intereses españoles más valiosos, las vidas humanas de compatriotas, los afectados», tal como dijo el ministro, que sostuvo que hay un Hércules de la Fuerza Aérea Española dispuesto para partir hacia Kabul con el objetivo de repatriar los restos de los dos compatriotas. En ese Hércules viajarán diez policías para relevar a todos aquellos agentes del destacamento allí destinados que, por las circunstancias sobrevenidas, lo precisen o deseen.

A la convocatoria de la Comisión de Seguimiento del Acuerdo asistieron seis de los nueve partidos que lo han suscrito, PP, PSOE, Ciudadanos, UPyD, UPN y PAR, además de Podemos en calidad de observador.

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, dijo ayer que quiere tener «toda la información» sobre lo que ha pasado en Kabul y por qué ha habido «tanta confusión» con los datos. Rivera transmitió a Rajoy su «confusión» por lo ocurrido, y le pidió «información veraz».

Doce horas de terror

Por su parte El candidato de Podemos, Pablo Iglesias, reclamó al Gobierno que el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, una comparecencia urgente en el Congreso para que dé explicaciones sobre la situación en Afganistán y apruebe una batería de medidas para reforzar la seguridad en las embajadas.

Según aseguró el ministro del Interior, «la embajada española cumplía con todos los requisitos de seguridad», sin embargo, según fuentes policiales, la sede no se encontraba en la Green Zone (zona protegida) y sus instalaciones eran deficitarias.

Una denuncia que realizó el sindicato policial SUP a partir del relato de un agente destacado en el edificio atacado. «Conseguimos cerrar el búnker, estamos bien físicamente, pero fueron 12 horas de ráfagas, asaltos y granadas sobre nosotros», relató el agente. «A mi subi (subinspector) lo asesinaron el primero cuando entraron en el edificio. Al oír las primeras ráfagas cogimos las armas y cerramos la puerta», añadió el agente.

«La otra puerta de escape quedó dañaba de la onda expansiva y no la podíamos cerrar, así que no era seguro el sitio. Gabi (Gabino) salió con otro compañero a ver si encontraba al subi (subinspector) porque no nos contestaba y le dieron creo que desde la azotea, donde ya se habían colocado para disparar a todo el que vieran», relató.