España ha registrado en 2015 el peor dato de percepción de corrupción de su historia, lo que refleja una "grave" situación de corrupción política, antes vinculada al urbanismo y ahora a la "contratación pública", sobre todo a la que hacen empresas públicas y entes instrumentales de la administración.

Según el Índice de la Percepción de la Corrupción 2015 de Transparencia Internacional (TI), la corrupción en España se sitúa en el puesto 36 de 168 países, con 58 puntos, dos menos que en el índice anterior.

Dentro de la UE, España ocupa el puesto 18 de 25. Por delante de nuestro país se sitúan Dinamarca (91 puntos), Finlandia (90), Suecia (89), Holanda (87), Alemania (81), Luxemburgo (81), Reino Unido (81), Bélgica (77), Austria (76), Irlanda (75), Estonia (70), Francia (70), Portugal (63), Polonia (62), Chipre (61), Lituania (61) y Eslovenia (60).

LA CORRUPCIÓN EN LA UNIÓN EUROPEA

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Por debajo de los 58 puntos de España quedan Croacia, Hungría, Eslovenia, Grecia, Rumanía, Italia y Bulgaria.

Por segundo año consecutivo Dinamarca, con 91 puntos (en una escala en la que el 100 muestra la limpieza máxima), ocupa el primer lugar de la clasificación de los países más transparentes, seguida de Finlandia, Suecia, Nueva Zelanda, Holanda, Noruega, Suiza, Singapur, Canadá y Alemania, que comparte la décima posición con Luxemburgo y el Reino Unido.

A la cola, con 8 puntos y como los países más corruptos, se sitúan Somalia y Corea del Norte, precedidos por Afganistán, Sudán, Sudán del Sur, Angola, Libia, Irak y Venezuela, empatada con Guinea Bissau y Haití en el puesto 158 de la lista.

Según destaca Transparencia Internacional, España se encuentra, junto a Libia, Australia, Brasil y Turquía, entre los países que han tenido un mayor descenso en sus posiciones en los últimos cuatro años.

En el lado opuesto, Grecia, Senegal y el Reino Unido son los que han mostrado mejoras más sustanciales en ese periodo.

La directora para Europa y Asia Central de TI, Anne Koch, considera que, a pesar de las mejoras puntuales, el panorama de la región es de "estancamiento". "Muy preocupante es el marcado deterioro en países como Hungría, Macedonia, España y Turquía. Son lugares donde hubo en un momento esperanzas de un cambio positivo. Ahora vemos que crece la corrupción, mientras que se reducen el espacio de la sociedad civil y la democracia".

En ese grupo España (58 puntos) y Hungría (51) defienden el aprobado, mientras que Macedonia y Turquía comparten el puesto 66 del índice con 42 puntos cada uno.

Para Manuel Villoria, miembro del comité ejecutivo de Transparencia Internacional, aunque España no está inscrita en el llamado sistema de "corrupción sistémica" -en el que policías, médicos y profesores aceptan sobornos-, la corrupción en la contratación pública desde entes instrumentales está "bastante generalizada", como expresa "claramente" el caso Acuamed, ha dicho.

El resultado "catastrófico" que arroja España en este informe no significa, sin embargo, que la corrupción haya aumentado en 2015, sino que los datos son "más rigurosos" y beben de "más fuentes de información" que hace años, han explicado los responsables del informe.

A su juicio, "si hay menos dinero, es difícil que haya más corrupción", explican, al tiempo que advierten de que "si las tasas de crecimiento económico se recuperan, como no se han cortado de raíz los elementos sistémicos, la corrupción rebrotará".

Según TI España, el ambiente de "euforia" de los años 2004, 2005 y 2006 no dejaba a los españoles "ver la realidad", pero probablemente el resultado en esos años sería peor que el actual, si se midiera con la misma visión.

El Índice de la Percepción de la Corrupción se basa en encuestas a expertos, líderes de multinacionales y ciudadanos, y todas ellas reflejan un mayor percepción de corrupción de la esperada.

"En el caso de los ciudadanos es enorme, brutal, la mayor de Europa junto con la de Grecia", ha señalado el presidente de TI España, Jesús Lizcano, para quien los jóvenes españoles "no son tan tolerantes con la corrupción como las generaciones anteriores".

Aunque esta ONG reconoce que se han tomado "bastantes medidas", como la aprobación de nuevas leyes -entre ellas la de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Buen Gobierno-, incluso que la Fiscalía ha "reforzado su trabajo, aunque no mucho", considera "insuficientes" estas reformas y pide un "programa más integral de lucha contra la corrupción", además de un desarrollo sistemático de las medidas y presupuesto y apoyo político "adecuados".

Para Jesús Sánchez Lambás, especialista en derecho de empresas y miembro de la dirección de TI desde su creación, la solución pasa por resolver el "cuello de botella" de la justicia.

Lambás ha subrayado que, frente a la ratio europea de 23 jueces por cada 100.000 habitantes, la española es de once, lo que supone que la "intensa mediatización" de los casos de corrupción no se refleja después en resultados. "El poder judicial está inerme, ni siquiera se cumple la tasa de reposición de los jueces que se jubilan", ha lamentado.