Junts pel Sí y la CUP han acordado finalmente una moción conjunta en la que se evita una mención explícita a desobedecer al Tribunal Constitucional (TC), si bien se "reiteran los objetivos" de la declaración soberanista del 9N suspendida por el Alto Tribunal.

Después de que la Mesa del Parlament desestimara hoy las peticiones de reconsideración presentadas por C's, PSC y PP contra la admisión a trámite de la moción de la CUP en la que se ratificaba las resolución del 9N y se abogaba por desobedecer al TC, los dos grupos independentistas han logrado transaccionar un texto común, que se votará este jueves en el Parlament.

Y es que la Mesa de la Cámara había admitido a trámite la moción de la CUP con la "condición" de que modificara su contenido antes de que llegara al pleno, a causa de las dudas legales que suscitaba.

Así, en el texto original registrado por la CUP se "reiteraba" la declaración del 9N, "su vigencia y su contenido" y, "en cumplimiento de la misma", se instaba a "no atender el contenido" de la sentencia del Constitucional.

Pero en el nuevo texto registrado esta tarde, tras las negociaciones entre ambas partes y justo antes de finalizar el plazo para presentar enmiendas, JxSí (CDC y ERC) ha conseguido rebajar el contenido y que finalmente desaparezca el emplazamiento explícito a la desobediencia, uno de los principales escollos que les distanciaba.

"El Parlament, dado el mandato democrático surgido de las urnas el 27S y ante las actuaciones del Estado, a través de TC, Audiencia Nacional y Fiscalía, de judicialización y persecución de los actos consecuentes con este mandato democrático, ratifica su firme voluntad de seguir llevando a cabo las actuaciones previstas y aprobadas por este Parlament para alcanzar y culminar democráticamente la independencia, y por todo esto, el Parlament reitera los objetivos contenidos en la declaración del 9N", señala.

La moción mantiene por otro lado el punto en el que se "alienta a los cargos electos a seguir desatendiendo las peticiones de las instituciones no democráticas del Estado", y otro en el que se "insta al Govern a desatender los requerimientos de la Audiencia Nacional relativos al proceso de desconexión democrático y, en consecuencia, que los Mossos no los ejecute como policía judicial".

En este sentido, a pesar de que la CUP ha logrado que ambos puntos permanezcan en el texto definitivo, JxSí ha dejado claro que votará en contra de esos dos puntos, según fuentes parlamentarias consultadas.

Partida para financiar el plan de actuación

La moción mantiene, asimismo, el "máximo apoyo a todos los ayuntamientos investigados y criminalizados" por haber apoyado la declaración del 9N; y emplaza al Govern a elaborar y presentar el estado y plan de ejecución de todas las "medidas tendentes al cumplimiento de los anexos de la declaración del 9N", aunque se concreta que sea en el plazo máximo de 60 días, en lugar de un mes.

También en dos meses se insta a elaborar un plan de actuación para fomentar la participación ciudadana relativo a la fase preconstituyente del proceso "constituyente"; y se emplaza a que en los presupuestos haya una partida para financiar el plan de actuación para fomentar dicha participación ciudadana.

Pero desde Ciutadans, Carlos Carrizosa ha opinado que los miembros de JxSí en la Mesa están incurriendo en "responsabilidad personal" por "dejación de funciones", al permitir la admisión a trámite de una moción contraria a la resolución del Constitucional.

En un mismo sentido, Enric Millo (PPC) ha instado a la Mesa a asumir su responsabilidad y no dejar la decisión final de si debe votarse la moción en manos del pleno, ya que de hacerlo deberían "dimitir" y pueden acabar sentando un "precedente peligroso".

Ferran Pedret (PSC) ha mostrado su "estupefacción" ante la decisión "poco seria" de la Mesa de desestimar la petición de reconsideración, ya que la moción "no es admisible".

Y Joan Coscubiela (SíQueEsPot) ha denunciado la "degradación ostentosa, intolerable y lamentable" que hacen JxSí y la CUP del Parlament al usar este escenario para solucionar sus "rifirrafes".

Por otro lado, después de que el presidente catalán, Carles Puigdemont, y el líder del PSOE, Pedro Sánchez, se reunieran el 15 de marzo en la Generalitat y escenificaran el inicio del "deshielo" en las relaciones con líderes estatales, el turno llegará ahora a los líderes de Podemos, Pablo Iglesias, y de C's, Albert Rivera.

Así, justo un día después de la reunión a tres del jueves entre Podemos, PSOE y Ciudadanos en el marco de las negociaciones para formar nuevo Gobierno, Iglesias se reunirá el viernes 8 en Barcelona con Puigdemont, mientras que una semana después, el 15 de abril, será Rivera quien se reúna con el jefe del ejecutivo catalán.