El exconsejero y exsecretario general del PP de Madrid Francisco Granados, ha aprovechado hoy su videoconferencia durante la comisión de investigación que trata el caso del presunto espionaje en Madrid para denunciar que lleva año y medio en prisión sin saber de qué se le acusa.

Granados ha comparecido este viernes por videoconferencia desde la prisión de Estremera, donde se encuentra en prisión a raíz del caso Púnica, para declarar sobre el supuesto caso de espionaje en la comisión de investigación de corrupción de la Asamblea de Madrid.

Durante su comparecencia, que ha comenzado a las 12.42 horas, Granados ha recalcado que los supuestos implicados en el caso, que sigue abierto en los tribunales, ya han asegurado que "todo esto era una absoluta falsedad y un montaje", en una investigación interna del Gobierno regional, ante una comisión parlamentaria anterior y ante el juez.

A pesar de que la presidenta de la comisión le ha pedido en varias ocasiones que se ciña al tema, Granados ha aprovechado para tratar aspectos ligados a su detención en el marco de la operación Púnica, un caso en el que se le investiga como uno de los presuntos cabecillas de una trama de amaño de contratos.

Ha denunciado que se le detuvo "delante de su hija" y se le obligó a pasar cinco días en un calabozo sin que un juez le tomase declaración.

Además, ha recalcado que lleva año y medio en prisión sin saber de qué se le acusa, por lo que ha considerado "gravemente" lesionados sus derechos y se ha declarado "maltratado por el estado de derecho.

Por otra parte, Francisco Granados ha asegurado que no observó que "nadie" espiaba "a nadie" mientras estuvo al frente de sus responsabilidades en el Ejecutivo regional, y ha destacado que todos los supuestos implicados en el caso lo han tachado de "montaje".

En el inicio de la comparecencia, Granados ha criticado el formato de la comisión de investigación sobre el presunto espionaje a políticos madrileños, y ha asegurado que al no dejarle hacer una intervención inicial se está "coartando" su libertad de expresión.

El exconsejero ha comenzando criticando que el formato de la comparecencia no le deje hacer una intervención inicial a pesar de que "es la primera vez que hablo en un año y medio".

"Pasarán a la historia como aquellos que han coartado la libertad de expresión de una persona que está compareciendo y al que no se le permite hablar sobre el objeto principal de la comisión, que es la corrupción", se ha quejado.