La exgerente de Acuamed para Cataluña y Valencia Gracia Ballesteros relata al juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco cómo esta empresa pública, acusada de un fraude millonario, adjudicaba contratos y pagaba incluso por obras que no existían, como los dos millones de euros por una escollera.

En la grabación de su declaración como testigo ante Velasco, Ballesteros describe las amenazas recibidas a funcionarios de Acuamed para que adjudicaran obras a determinados contratistas "amigos" y para que dieran el visto bueno a algunas valoraciones de ofertas de empresas.

Fue el caso, según revela la exgerente territorial, de un contrato para la obra Rambla Gallinera, en Valencia, que incluía el pago de dos millones de euros por la construcción de una presa que, como vio con sus propios ojos, no existía.

"No había que ser muy listo para detectar que aquello era falso", le dice Ballesteros al juez a quien cuenta otras irregularidades en Acuamed con contratistas y las presiones que sufrió tanto por parte del exdirector de Acuamed Arcadio Mateo -principal acusado en la trama de corrupción- como del empresario Nicolás Steegmann, que le llegó a decir que "iba a destrozar su carrera profesional".

Una amenaza que Steegmann hizo en una cafetería de Madrid, donde trata de convencerla de que cambiara su informe negativo hacia su empresa Altyum para la adjudicación de un concurso.

Ballesteros asegura que le dijo a Steegmann que no hablaba con ningún contratista cuando estaba valorando obras, momento en el que le enseñó documentación interna de Acuamed. "¿Cómo era posible que él tuviera esa hoja, la valoración interna de las ofertas de los contratistas?", explica al juez a quien revela que el empresario no tuvo reparos en confesarle que se la había proporcionado Mateo.

"Ya me puse muy seria con él, le dije que no podíamos hablar de eso. Pasó a amenazarme, a decirme que conocía a mucha gente, a la directora general, al ministro, y que iba a destrozar mi carrera".

Finalmente, Ballesteros fue despedida. Según revela a Velasco en diferentes conversaciones con Arcadio Mateo éste le conminaba a firmar contratos con empresas "amigas" a las que "tenía que tratar bien".

"¿Pero qué tajada saca Arcadio de darle a una empresa privada?", le pregunta Velasco a la testigo que, si bien desconoce el objetivo, reconoce que "en alguna ocasión sí que justificaba sus actuaciones diciendo que se lo decían desde el ministerio".

Tras poner de manifiesto que tras once años en Acuamed Ballesteros es despedida y que el exdirector solo llevaba desde 2012, el magistrado quiere saber si el nombramiento de Mateo es "por dedo político".

Como Ballesteros, Azahara Peralta, directora de obra en Acuamed, también fue despedida, según relata al juez de la Audiencia Nacional, por negarse a pagar a FCC una reclamación de 40 millones de euros, que ella valoraba en tres millones y medio.

"Mi equipo y yo lo estudiamos, revisamos toda la obra y concluimos que no era abonable tal reclamación", sostiene, y añade que a partir de ese momento empezó a recibir presiones, a través de la directora de Construcción de Acuamed, Gabriela Mañueco, para reunirse con el contratista.

Peralta asegura que se reunió en varias ocasiones con FCC pero sin llegar a un acuerdo, mientras la dirección de Acuamed le seguía presionando hasta que se entera de que se ha celebrado una reunión a la que no le han convocado y en la que la empresa pública accede a pagar los 40 millones.

Ante el relato de Peralta el juez Velasco, sorprendido, pregunta: "¿en esta empresa se echaba a la gente que se portaba bien? ¿que velaba por los intereses públicos?", "Eso creo", responde la extrabajadora de Acuamed.