El largo juicio del caso Nóos ha quedado visto para sentencia después de seis meses de vista y tras escuchar el tribunal a más de 600 personas, entre testigos y peritos. Y ha quedado visto para sentencia después de que todos los acusados, incluida la Infanta y su marido Iñaki Urdangarin, hayan renunciado a la última palabra.

La presidenta del tribunal, Samantha Romero, ha dado por concluida la vista oral a las 12.59 horas después de que ninguno de los acusados haya hecho uso del derecho a la última palabra. "Nada que decir", ha dicho, en su caso, la Infanta Cristina.

De hecho, ninguno de los 17 acusados ha querido añadir ni una frase más a lo que ya dijeron en sus respectivas declaraciones. Por tanto todos ellos han renunciado a su derecho a decir la última palabra.

El tribunal da por concluido este juicio y a partir de ahora tomará una decisión sobre el futuro procesal de cada uno de los acusados. El tribunal que se ha encargado de juzgar el caso Nóos podría dictar sentencia a finales de año, previsiblemente a partir de octubre o noviembre, según estiman partes personadas en el procedimiento judicial. Las magistradas, no obstante, han eludido pronunciarse al respecto.

Antes del trámite de última palabra, el abogado de la Infanta ha insistido en que se condene en costas al sindicato Manos Limpias, al que ha acusado de actuar con mala fe procesal. Ha recordado, además, que en la Audiencia Nacional hay un procedimiento abierto contra los dirigentes del sindicato por presuntas prácticas de extorsión relacionadas con este caso. El letrado ha sido muy dura contra la acusación popular por pretender una cadena de ocho años de cárcel contra la hermana del Rey. Para concluir su informe ha pedido al tribunal "que restablezca la justicia para la Infanta" y que evite que "la irregular acusación popular" logre sus propósitos.

Pau Molins, el abogado de la Infanta Cristina, ha insistido que en España no hay un solo caso de que se condene por delito fiscal al socio no administrador de una sociedad que ha podido utilizarse para cometer un delito fiscal. La defensa ha criticado que el sindicato Manos Limpias sostenga que la Infanta ha tenido un trato preferente en esta causa, dado que la fiscalía y la abogacía del Estado ha pedido su absolución. Y ha señalado que Cristina de Borbón es la primera socia no administradora de una sociedad que en España se sienta en el banquillo acusada de colaborar un delito fiscal.

La defensa mantiene que no hay una sola prueba que demuestre que la hermana del Rey fuera quien diera las órdenes de cómo se debía tributar los gastos de Aizoon y ha recordado las "numerosas" ocupaciones que tenía la Infanta.

El abogado Pau Molins, abogado de la Infanta, sostiene en su informe de defensa que Cristina de Borbón "nunca" gestionó la sociedad familiar Aizoon, ni conocía el origen del dinero, ni el sistema de contabilizar o tributar los gastos generados por la empresa. El letrado, que ejerce la defensa junto a su compañero Miquel Roca, se ha referido a la "confianza plena" que la hermana del Rey tenía sobre su esposo y en concreto sobre las decisiones empresariales que tomaba sobre la sociedad familiar.

Molins ha señalado que la Infanta "se limitaba a rubricar muy ocasionalmente aquello que se le solicitaba", desvinculándola de la gestión diaria de la empresa que comparte junto a su marido, Iñaki Urdangarin.

El abogado ha negado que Aizoon se creara exclusivamente con el objetivo de ser una empresa pantalla, sin ningú tipo de actividad, para canalizar los ingresos de Urdangarin. Y por ello, ha recordado que el objetivo social de esta empresa era, por una parte, el asesoramiento empresarial y, por otra, el negocio inmobiliario. La defensa ha atacado con dureza al sindicato Manos Limpias y ha afirmado que la acusación popular ha utilizado este caso para realizar un "espectáculo mediático".

Le ha recordado Molins a la letrada de la acusación popular que toda la versión de la Infanta, en el sentido de que no gestionaba la empresa familiar, ha sido ratificada por los testigos, pero sobre todo por el resto de los acusados. Y en concreto ha insistido que el propio Iñaki Urdangarin ha sostenido desde el primer momento que era el único gestor de Aizoon y que su mujer se limitaba a firmar los documentos que le entregaba, como por ejemplo las actas de las reuniones que nunca se celebraban.

Sobre los gastos de la tarjeta de crédito el letrado ha insistido que nunca fue utilizada por la Infanta, como así dijo Urdangarin. Sin embargo, ha resaltado que las compras fueron mínimas y que la propia secretaria de Urdangarin, Julita Cucarella, reconoció que fue ella quien utilizó esta tarjeta para realizar las compras.