El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno ha archivado la causa contra los titiriteros por un delito de enaltecimiento del terrorismo al considerar que con su obra no apoyaron a ETA, aunque encomienda a los juzgados de plaza Castilla la investigación de un posible delito contra los derechos fundamentales.

En un auto, el magistrado cree que con su obra "La bruja y Don Cristóbal" los titiriteros Alfonso Lázaro de la Fuente y Raúl García no quisieron "elogiar, enaltecer, alabar o justificar la actividad terrorista o menospreciar o humillar a las víctimas de delitos terroristas o sus familiares".

Los dos estuvieron en prisión cinco días tras ser detenidos a raíz de la representación de la obra, en la que exhibieron un cartel con la inscripción "Gora Alka-ETA" y se escenificaron acciones violentas, como el ahorcamiento de un guiñol vestido de juez, el apuñalamiento de un policía o la violación de una monja.

El magistrado también se une ahora al criterio de la Fiscalía y reproduce en su auto el escrito remitido en el que se constata que los dos artistas sólo pretendían hacer una crítica "a la actuación policial" y el cártel constituía una prueba falsa 'colocada' para incriminar a uno de los personajes.

"En ningún momento en todo el desarrollo de la obra los dos actores realizaron actos o profirieron expresiones de alabanza, ensalzamiento, enaltecimiento ni justificación o promoción de la actividad terrorista", asevera la Fiscalía. También admite que la obra "fue ininteligible para el público en general" porque se representó en esperanto.

El magistrado ha remitido a los Juzgados de Plaza Castilla la parte de la causa referente a la presunta comisión de un delito con ocasión del ejercicio de los derechos fundamentales y de las libertades públicas. Una vez más, se ciñe al criterio del fiscal y deja en manos de las dependencias judiciales madrileñas la decisión sobre si la obra supuso una lesión para la dignidad de las personas.

Además, el juez no admite a trámite las denuncias presentadas por dos asociaciones de víctimas contra los actores Alberto San Juan y Gloria Muñoz, que volvieron a representar en Madrid la obra de títeres y mostraron el mismo cartel.

Considera que su intención fue la de solidarizarse con los dos titiriteros y señala que cuando reprodujeron la obra no había niños presentes ni se produjo ninguna alteración del orden público.