El tren Vigo-Oporto que descarriló el pasado viernes en Porriño dejando un balance de 4 fallecidos y 48 heridos recorrió algo más de 140 metros desde que salió de la vía la cabeza tractora hasta que colisionó contra una torreta eléctrica.

El convoy se salió de los raíles al poco de tomar el primer desvío hacia la vía secundaria por la que debía circular a una velocidad límite de 30 kilómetros por hora. La máquina ya no respondió en la entrada a la vía secundaria, siendo arrastrada por el lateral derecho seguido de los vagones, que mantuvieron cierta estabilidad.

Tras descarrilar, el automotor diesel S-592 se llevó por delante una caseta de conexiones eléctricas, un poste de hormigón que sustentaba un foco de iluminación de la vía, una valla guardarrail, rozó el puente bajo la N-120, tumbó otro poste de cemento e impactó finalmente contra la torreta eléctrica.

Los trabajos de mantenimiento en la vía principal se vienen realizando desde hace más de una semana e incluso algún vecino llamó por la noche a la Policía Local para protestar por el ruido. En los cinco días anteriores al siniestro, el tráfico ferroviario fue desviado hasta ocho veces por la vía secundaria al paso por la estación de Porriño, según pudo saber este periódico.

En la mañana del viernes, antes de pasar el tren Celta, cruzó la estación de Porriño el Alvia 04484 que comunica Vigo con Madrid-Chamartin. Los técnicos mantuvieron a este Alvia por la vía principal y realizaron posteriormente el cambio de agujas (desvío) para el tren Celta, con el objeto de trabajar en la vía principal, mientras los trenes circulaban por la vía secundaria.

La investigación abierta por el Juzgado de Instrucción número dos de Porriño deberá determinar las razones por las que el tren automotor descarriló en el primero de los desvíos, aunque como una de las causas se apunte la velocidad inadecuada del convoy, que debía entrar y salir a 30 km por hora en la vía secundaria, y que accedió a mucha mayor velocidad.

Las cajas de registro (cajas negras) deberán determinar una vez se extraigan los datos si hubo fallos en el tren, en el sistema de agujas y en la señalización de la vía, entre otras posibles anomalías.

Mañana está previsto que se produzca el volcado de esas cajas para poder trabajar con los datos de las mismas y analizar otras variantes.

La investigación será desarrollada por la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios y paralelamente por el Juzgado con la colaboración estrecha de la Policía Judicial de la Guardia Civil de la Comandancia de Pontevedra, unidad que se hizo cargo del accidente desde su inicio. Portugal no realizará ninguna investigación paralela "respetando plenamente lo que dispongan las autoridades españolas", tal y como informó el mismo día del accidente el presidente de Comboios de Portugal, Manuel Queiró.

Para el volcado de las cajas de registro, el Juzgado de Porriño ha citado a Adif, Renfe y Comboios de Portugal. El acto tendrá lugar en el juzgado porriñés a las diez de la mañana.

La juez también ha apremiado a la Xunta un listado de peritos para realizar una investigación independiente del siniestro.