El juicio por las tarjetas 'black' arranca este lunes y sienta en el banquillo de los acusados a 65 exconsejeros y directivos de Caja Madrid y Bankia, entre ellos sus respectivos presidentes, Miguel Blesa y Rodrigo Rato, para quienes la Fiscalía Anticorrupción pide penas de entre uno y seis años de cárcel por delitos de apropiación indebida.

Blesa ya se encuentra en la sede de la Audiencia Nacional. A su entrada, en torno a las 9.10, Blesa ha sido increpado por una docena de preferentistas de la antigua caja, con gritos de "qué desgraciados, qué desgraciados, que roban el dinero a los jubilados". La entrada de Rato ha pasado más desapercibida puesto que ha accedido al edificio al mismo tiempo que otros acusados.

Tras él ha llegado el que fuera consejero de la entidad y presidente de la CEIM, Arturo Fernández, también abucheado por los preferentistas, que han proferido frases como 'qué jeta qué jeta los de las tarjetas'

Todos ellos cargaron a estas tarjetas opacas millones de euros gastados en hoteles, restaurantes de lujo,viajes... cuando fueron cursadas exclusivamente para gastos de representación. Analizamos las claves de este escándalo.

¿Qué son las tarjetas 'black'?

Se trata de instrumentos de pago que no figuran dentro del circuito habitual de tarjetas de representación. Fueron creadas por Caja Madrid como forma de retribución para 86 miembros de la dirección y el Consejo de Administración de Caja Madrid y después de Bankia. Había dos tipos: Business Oro EMV y Business Plata EMV.

¿Cuánto dinero se gastaron?

Se estima que los beneficiaros de estas tarjetas opacas se gastaron entre entre 1999 y 2012 un total de 15,5 millones de euros. Ni la entidad bancaria ni sus usuarios declararon estos gastos de carácter personal a la Agencia Tributaria. El grueso del gasto -15,2 millones- corresponde a la época de Caja Madrid, mientras que 245.200 euros se gastaron en los dos años de Bankia. El expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, y el de Bankia, Rodrigo Rato, cargaron 436.700 y 44.200 euros, respectivamente.

¿En qué se lo gastaron?

La mayor parte del dinero fue a parar a restaurantes, hoteles de lujo y tiendas de ropa de marcas exclusivas. También se sufragaron billetes de metro o peajes de autopista. Rodrigo Rato, por ejemplo, estrenó su tarjeta pagando 90 euros en una gasolinera, que en los dos años siguientes empleó para dejarse 2.439 euros de una sola vez en una tienda de arte sacro o 2.172 en cinco días de febrero de 2011 en clubs, salas de fiesta, pubs, discotecas y bares.

¿Por qué el uso de tarjetas opacas puede ser delito?

La Fiscalía Anticorrupción ha apreciado delitos de apropiación indebida y administración desleal en estos hechos. Los técnicos de Hacienda creen que también se ha incurrido en un delito fiscal por no declarar las tarjetas, aunque la ley fija el umbral de lo defraudado en 120.000 euros al año, cifra que no alcanzó ninguno de los imputados.

¿Hubo algún directivo que se opuso a su uso?

Hay cuatro exconsejeros citados como testigos que no usaron las 'black': Francisco Verdú, exconsejero delegado de Bankia; Félix Manuel Sánchez Acal, exconsejero a propuesta de UGT; Íñigo Aldaz Barrera, exdirectivo; y Esteban Tejera Montalvo, expresidente de Caja Madrid Seguros Generales.

¿Han devuelto el dinero?

Blesa ha sido hasta ahora el último que ha devuelto el dinero que gastó con su 'black' para rebajar su pena. Antes lo hicieron Ildefonso Sánchez Barcoj (575.079 euros), número 2 de Blesa; José Manuel Fernández Norniella (185.539 euros), ex consejero de Bankia y ex secretario de Estado de Hacienda, y Matías Amat (431.042 euros), uno de los directores generales de Blesa y de Rato. Completan la lista Luis Gabarda, Miguel Corsini, Juan Iranzo, Jorge Rábago, Luis Blasco Busquet, Arturo Fernández, Francisco Javier López Madrid y Virgilio Zapatero.