La ponencia marco que debatirá el PSC en su XIII congreso lanza una propuesta a las "fuerzas de izquierda presentes en el Parlament", principalmente al llamado espacio de los 'comunes', que engloba a Barcelona en Comú de Ada Colau, Podemos, ICV y EUiA, para constituir una "alianza catalana de progreso".

El texto plantea una "estrategia para impulsar la agenda del socialismo catalán", que pasa por "articular la gran mayoría progresista y catalanista que existe en Cataluña".

Sin citar explícitamente a las confluencias de la izquierda alternativa, los llamados 'comunes', los socialistas les tienden la mano: "Tanto las izquierdas que hundimos nuestras raíces en el pasado colectivo como las izquierdas de más reciente formación hemos de hacer nuestra esta responsabilidad, sin conservadurismos partidistas".

"Proponemos la más estrecha colaboración posible entre las fuerzas de izquierdas presentes en el Parlamento de Cataluña para poner en común esta voluntad y tratar de dibujar una estrategia compartida de cambio y de articulación del bloque social y político que la debe impulsar, una alianza catalana de progreso", señala.

Fuentes de la dirección han argumentado que la ley electoral por la que se rige Cataluña, que sigue sin tener una normativa propia, no permite una suficiente proporcionalidad en el voto y castiga la fragmentación, de manera que cuanto más atomizada se presenta la izquierda menos representación obtienen las formaciones de este espacio.

Este llamamiento a conformar una alianza progresista, puntualizan las citadas fuentes, se dirige especialmente a los 'comunes' -que en los próximos meses prevén construir una nueva formación política donde confluyan ICV, EUiA, Podemos y Barcelona en Comú- y no a ERC, cuya apuesta independentista no encaja con el proyecto federal del PSC.

No al referéndum "a la canadiense"

Por otro lado, la ponencia marco que debatirá el partido en su XIII congreso, del 4 al 6 de noviembre, evita referirse, pese a la previsión inicial, a un referéndum "a la canadiense" sobre la independencia de Cataluña como plan B por si fracasara antes una reforma federal de la Constitución.

En el borrador de ponencia elaborado en junio, se explicitaba: si la propuesta de Constitución "federal" no fuese validada por los catalanes en las urnas "los socialistas catalanes propondríamos al conjunto de los españoles otros instrumentos democráticos -por ejemplo una ley de claridad como la canadiense- que estableciesen las condiciones para, si corresponde, verificar el apoyo ciudadano a una eventual secesión".

La alusión a esta vía canadiense, que abría la puerta a un referéndum sobre la independencia en caso de que los catalanes votaran mayoritariamente 'no' a una Constitución federal, ha desaparecido del texto que debatirán los congresistas del PSC, como solicitaban diversas enmiendas planteadas por sectores del partido.

Fuentes de la dirección socialista han señalado que no se trata de una "supresión" de la vía canadiense, sino de una modificación para evitar que el redactado inicial, que incurría en algunas "incoherencias", llevase a la "confusión".

La última versión pone todo el énfasis en la vía federal por la que apuesta el PSC y prescinde de toda referencia a un plan B en forma de referéndum sobre la independencia.

En concreto, la ponencia marco subraya que el pacto constitucional de 1978 está dando "muestras claras de agotamiento", por lo que es "urgente" alcanzar un nuevo acuerdo que "transforme en profundidad el Estado" para constituir una "auténtica federación".

El Estatut como Constitución

Este "Estado federal", integrado por "diversos entes federados" que sustituirían las actuales comunidades autónomas, se sustentaría sobre la base de una "nueva Constitución federal", que debería ser votada en referéndum por la "ciudadanía catalana, junto con el conjunto de la ciudadanía española".

Posteriormente, "la consideración del Estatut como Constitución del ente federado deberá ser refrendado por el pueblo de Cataluña, que así decidirá libremente su relación con el Estado".

Este nuevo "contrato entre Cataluña y el resto de España" incluiría el "reconocimiento de Cataluña como nación y de la plurinacionalidad de España", mientras que las instituciones se regirían en base al "respeto, la cooperación, la lealtad, la bilateralidad y el diálogo".

También se apuesta por un nuevo modelo de financiación, que "haga compatible la solidaridad interterritorial con un trato fiscal equitativo, justo, transparente y que respete el principio de ordinalidad".