Rosalía Iglesias, la mujer del extesorero del PP Luis Bárcenas, se ha amparado en el juicio de la Gürtel en la "confianza total y absoluta" hacia su marido para explicar por qué firmó todo tipo de documentos sin cuestionarse en ningún momento de qué se trataba.

Iglesias se enfrenta a una petición fiscal de 24 años y 1 mes de cárcel como supuesta autora y cooperadora en los delitos de su marido, de los que se ha desligado en una comparecencia cuyo contenido ya era vox populi, puesto que su esposo ya la había desvinculado en su declaración ante el tribunal la semana pasada.

Frente a las 16 horas de comparecencia de su marido, Iglesias tan solo ha empleado 50 minutos para responder únicamente a su abogada, cuya estrategia ha girado en desmarcarse de todas las acciones y decisiones tomadas por el extesorero. "Nunca", "jamás" y "ninguna" han sido las palabras más utilizadas por Iglesias.

Porque ella se centraba en la economía doméstica. Sólo era consciente, ha dicho, de ser titular de una única cuenta que era la que manejaba para los gastos del día a día de la familia, ya que del patrimonio se ocupaba en exclusiva el exsenador.

Sobre este tema ha sido tajante: "Mi marido conmigo nunca ha hablado de temas de trabajo; afortunadamente tenemos una vida personal llena y no es que no me interese, es que no es un tipo de conversación que tengamos nosotros".

Por eso, ha señalado que no sabía que su marido tenía cuentas en Suiza, pese a que en varias ocasiones le acompañó a bancos del país helvético, ni conocía los negocios de su esposo.

"Yo no soy tonta"

Desconocía también que era titular de una cuenta en España en la que figuran ingresos de hasta 120.000 euros a su nombre, pero sí consentía que Bárcenas firmara su declaración tributaria con su autorización. "Consideraba que era lo mismo que lo firmase yo o no".

"Todo lo que él hace, parece una estupidez decir esto, me parece bien", ha aseverado Iglesias al explicar lo que hacía cuando Bárcenas le pedía que firmara documentos, como era el caso de la compraventa de valores.

"Yo... no quiero explicar, pero en fin, yo no soy tonta, pero si mi marido me dice... y desde luego no pongo jamás en cuestión, ni lo he puesto, documentos que requieran mi firma; él gestiona una cartera de valores mía y doy por hecho que son compraventa de acciones", ha dicho al respecto.

En cuanto a la contabilidad B del PP, solo una alusión para manifestar que "no sabía" de su existencia, de la cual se enteró a lo largo del procedimiento, como de otras tantas cosas de su marido.

Pero ninguna de estas circunstancias ha quebrantado mínimamente la confianza "total y absoluta" que mantiene en su esposo.

"Me parece ridículo que vuelva a afirmar la confianza absoluta que tengo en mi marido, es la realidad. Tengo una confianza total y absoluta", ha señalado la mujer de Bárcenas.

Y ha añadido: "En estos ocho años (de la instrucción judicial) y en los periodos más difíciles nunca he perdido la confianza en mi marido, es que no tengo absolutamente ningún motivo para hacerlo".

De esta forma, ha tratado de echar por tierra las acusaciones que le imputa la Fiscalía, que la acusa, entre otras cosas, de ser titular de una cuenta en Suiza y de tratar de justificar con un documento falsificado un ingreso de 560.000 euros en su cuenta de Caja Madrid en 2006 como ganancias procedentes de la compraventa de cuadros.

Tras su comparecencia, ha sido el turno de Iván Yáñez, considerado el testaferro de Bárcenas, quien le contrató en 2009 para gestionar sus carteras en Suiza porque estaba "muy preocupado" tras perder 31 millones de euros.

Yáñez, que se enfrenta a 7 años de cárcel, ha dado hoy esta versión del hecho de que Bárcenas le nombrara apoderado de sus cuentas en Suiza solo unos días después de que estallara el caso Gürtel para, según la Fiscalía, ocultar su dinero en el país helvético.

"Bárcenas me dijo: 'Tengo problemas muy gordos'", ha señalado el acusado, que ha subrayado que "es un hecho objetivo que fue una pérdida brutal" de dinero. "Me pidió que le gestionara su cartera porque mi trabajo es ese, gestión y asesoramiento. No me dedico al blanqueo", ha señalado Yáñez.

Y ha insistido una y otra vez en que no tenía poderes en sus cuentas y que no podía comprobar el origen de los fondos. "No fui a Suiza a saber si el dinero de las cuentas de Bárcenas era lícito o no. Ese no era mi trabajo".