El número de inmigrantes indocumentados que entraron a España por mar y tierra en el primer semestre de este año ha ascendido a 10.751, más del doble que en el mismo periodo de 2016, y solo en junio 2.189 personas intentaron cruzar las aguas del Estrecho en 84 pateras.

Es el balance ofrecido hoy por el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, durante su comparecencia en el Congreso para explicar las políticas de su departamento en materia de inmigración, donde ha explicado que del total, 3.204 personas llegaron a España a través de Ceuta y Melilla hasta el pasado 16 de julio.

Las entradas a estas ciudades por vía terrestre, la principal, sobre todo "por asaltos al vallado fronterizo o en dobles fondos", es la terrestre, de forma que aumentaron un 40,3 %, mientras que los llegados por el mar descendieron un 50,4 %.

También "se han intensificado" los intentos de asaltos masivos a la valla de Ceuta en estos seis primeros meses, cuando se han contabilizado hasta 5.266, mientras que en todo el año pasado esa cifra fue de 3.472.

Ante estas cifras, Zoido ha afirmado que el fenómeno migratorio es una de las "prioridades" del Gobierno y que frente a dramas como la muerte de 49 inmigrantes en el mar de Alborán "hace todo lo posible por ayudarles", pero no es su "responsabilidad" que esas personas "decidan huir de su país" en pateras que "a duras penas flotan" y a la "menor de cambio se hunden".

"No eludimos ninguna responsabilidad, pero tenemos la que tenemos", ha zanjado.

Zoido apuesta por una "inmigración legal y ordenada que redunde en beneficio para todos", y aunque "hablar de lógica y racionalidad puede parecer chirriante" ante tragedias como la de Alborán o la de los refugiados, cree que el Gobierno "tiene que mantener siempre el norte".

Y esa apuesta pasa por la cooperación bilateral con los países de origen y tránsito, especialmente con Marruecos, el adecuado control de fronteras, la lucha contra las redes de tráfico de personas y el retorno.