El exconsejero madrileño Francisco Granados ha declarado hoy en el juicio que cerca de un millón de euros encontrados en la casa de sus suegros es fruto de su actividad profesional e inversiones en bolsa y ha negado que lo ocultara tras un soplo de que estaba siendo investigado por el "caso Púnica".

La Audiencia Nacional ha reanudado hoy el primer juicio de este caso de corrupción política contra el exconsejero de Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid y exdirigente regional del PP, para quien la Fiscalía pide 3 años de cárcel por el chivatazo, en septiembre de 2014, de la operación policial que le llevó a prisión provisional durante dos años y medio.

La Fiscalía pide la misma pena para el guardia civil José Manuel Rodríguez Talamino, presunto responsable de dar el soplo, y para su amigo José Luis Caro, agente en excedencia del mismo Cuerpo y que era asesor de la Comunidad de Madrid en la época de los hechos, todos ellos acusados de un delito de revelación de secretos.

Granados ha negado que a raíz del supuesto soplo ocultara el dinero encontrado en 2015 en casas de amigos y familiares, entre ellos en la de sus suegros, donde se halló una maleta en un altillo de una habitación con 942.000 euros en billetes.

Ha recordado que a raíz de destapar la prensa la investigación de unas cuentas en Suiza relacionadas con él y con Marjaliza dimitió en febrero de 2014 y volvió a trabajar en un banco de inversión y ha mantenido que su dinero procedía de su actividad profesional, que "era más que solvente", ha dicho, y de sus inversiones en bolsa.

Francisco Granados ha negado que José Manuel Rodríguez Talamino le diera el soplo de que la Unidad Central Operativa (UCO), a la que éste pertenecía, le estaba investigando y ha asegurado que nadie le dijo "nada de si se había colocado una cámara" frente a la sede de las oficinas de las empresas de David Marjaliza en Pinto (Madrid).

Ha reconocido que tuvo un encuentro con Talamino el 5 de septiembre de 2014, en las fiestas de Valdemoro (Madrid), en el que le dijo que "había compañeros suyos trabajando" en la localidad.

Sin embargo, ha admitido que "este comentario tan inocuo" le causó preocupación porque le sonó "a advertencia", por lo que llamó a Caro, que era amigo de Talamino, para que lo intentase aclarar y él le dijo que le extrañaba que el agente le hubiese dicho esto y que estaría "borracho".

El exconsejero ha negado que intentase confirmar la versión de Talamino con su asesor Caro y que advirtiera a Marjaliza para que ocultara pruebas y ha asegurado además que éste ya sabía que había una investigación en marcha contra él.

Ha añadido que en un encuentro que tuvo con él días después, Marjaliza le contó que "llevaba desde 2013 tomando medidas" porque sabía que le estaban investigando y que tenía "los teléfonos pinchados", por lo que borró "los discos de su oficina" y regularizó el dinero que tenía en el extranjero, pero que creía que eso "no tenía que ver" con Granados.

Sobre sus cuentas en Suiza Granados ha precisado que Marjaliza se quedó con esos fondos "mediante un poder".

Y ha concluido al respecto: "Yo ya no tengo dinero en Suiza y, si su señoría me lo permite, ya en ningún otro país".

Hoy ha testificado un teniente de la UCO de la Guardia Civil que ha explicado que detectaron el soplo por una de las escuchas telefónicas a los investigados y que, a raíz del mismo, estos empezaron a hablar menos por teléfono e intentaban quedar personalmente.

El testigo ha comentado que a pesar de que Granados ya se había retirado de la vida política "tenía un agenda de contactos bastante nutrida y se le vio acudir a empresas adjudicatarias del Ayuntamiento de Valdemoro".

Ha añadido que además detectaron a exalcaldes y exconcejales que fueron a las oficinas de Marjaliza supuestamente para recibir dinero.

El guardia civil ha señalado que cuando registraron las oficinas de Marjaliza detectaron que faltaban papeles sobre las comisiones investigadas que luego fueron encontrados debajo de un colchón de una cama en el domicilio de su secretaria, además de documentación relativa a cuatro millones de euros que recuperó del extranjero a través de una compraventa ficticia de obras de arte.

También ha testificado hoy el que fue jefe de unidad de Talamino, quien ha contradicho la versión que dio ayer el acusado y ha asegurado que sí que intervino en la instalación de la cámara de vigilancia en el coche que después se colocó frente a las oficinas de David Marjaliza.

Ha dicho además que la filtración de Talamino a Granados fue un impacto "importante no, lo siguiente" para el grupo: "Era uno de los míos y dejó una mancha difícil de borrar, nos ha costado mucho".