El poblado de Castro, levantado con motivo de la construcción del salto hidroeléctrico construido por Iberduero (hoy Iberdrola) en el curso del río Duero, en el año 1952, se vende por 1.750.000 euros.

Es un poblado instalado en la confluencia del Duero y del río Brandilanes, que constó en su día de todos los edificios necesarios para mantener una población formada por trabajadores, ingenieros y familias equipadas con todos los servicios y atenciones propios de un pueblo: iglesia, economato, hospedería y hasta un puesto de la Guardia Civil.

El propietario del poblado, P. Fraga, enmarcó la operación de venta dentro de la normalidad. "Somos unos particulares con una finca en venta" señaló, e indicó que se trata de un poblado "que no está en explotación y son edificios pendientes de rehabilitación". "Desgraciadamente, añadió Fraga, una serie de energúmenos se han llevado hasta las campanas de la iglesia. Es la sociedad en la que vivimos, mientras unos se dedican a gastar dinero otros se dedican a romper".

El anuncio de venta del poblado de Castro ofrece unos datos básicos sobre las edificaciones, repara en la reforma y en las posibilidades que presenta el enclave para los interesados que tengan inquietudes por sacar adelante algún proyecto o iniciativa empresarial o turística. "Se vende poblado para reformar. Son aproximadamente 6.000 metros cuadrados construidos en varios edificios, sobre un terreno de unas 7,5 hectáreas. Tendrá capacidad para unas 180 camas, con una hospedería de 15 habitaciones de lujo. Muy bien situado y cerca de capitales de provincia de Castilla y León, y Madrid. Se pueden instalar distintos negocios desde casas rurales a una universidad privada. Actualmente en Zamora se están dando permisos para instalar molinos eólicos. Posibles ayudas y subvenciones".

El poblado de Castro siempre despertó el interés de sociedades ligadas al turismo rural y de naturaleza, y el propio Ayuntamiento de Fonfría, al que pertenece Castro, quiso hacer valer una prioridad en la adquisición, a continuación de los empleados de Iberdrola que pudieran estar interesados en la compra de viviendas o de los vecinos de la localidad de Castro dispuestos a aprovechar esta ocasión urbanística. Sin embargo, el poblado fue finalmente a caer en manos de la sociedad "Explotaciones Turísticas de los Arribes", que terminó por no intervenir en las reformas ni a dar un aprovechamiento turístico al enclave y, al parecer -ayer se limitaron a expresar que ya no tienen que ver con el poblado- a venderlo al nuevo propietario, que ha decidido ponerlo en venta.

El poblado está construido en pleno parque Natural de Arribes, a la vera del embalse de Castro y de la propia presa, cuyas aguas vierten al Duero internacional aprovechado por el salto hidroeléctrico portugués de Miranda do Douro. Desde su despoblación los edificios han sido pasto de un constante saqueo de elementos y materiales, despojándose las viviendas e inmuebles de todo valor y contenido. Los gamberros también se han cebado con este enclave y prácticamente no hay una ventana que cuente con un cristal en su sitio ni dependencia con una puerta en pie. Y lo sucedido con las viviendas ha ocurrido con lo que fuera la hospedería, el cuartel de la Guardia Civil o la iglesia, en cuyo altar llegó a colocarse una maniquí como imagen adorable o icónica.

Las edificaciones siguen en pie y conservando la elegancia que da el hecho de estar construidas con piedra. Es un poblado dispuesto a lo largo de un cantil que ofrece un paisaje fluvial y natural admirable, y que se convierte en uno de los escenarios espectaculares durante el desembalse de las grandes avenidas.