Consultar este domingo el mapa de incidencias de la Dirección General de Tráfico desconcertaba. El territorio catalán aparecía pintado de un color distinto al que integraba al resto de comunidades autónomas.

Además, el blanco que distinguía a Cataluña era el mismo que se utilizaba para marcar los perfiles de Portugal o de Francia. Es decir, que las cuatro provincias catalanas se mostraban con la tonalidad asignada a países extranjeros. ¿Triunfo de la independencia? ¿Puigdemont había logrado sortear las severas condiciones impuestas por el Tribunal Constitucional? ¿O era más bien el responsable de la DGT, Gregorio Serrano, el que nos sorprendía de nuevo con una escapadita de fin de semana que le impedía controlar con más tino el departamento que dirige? Misterios sin resolver.