El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicó este lunes su último barómetro, que viene a confirmar una tendencia marcada por sus dos estudios anteriores. Así, Ciudadanos continúa ascendiendo hasta situarse con una intención de voto del 20,7%, y deja en la tercera posición a Podemos. Por su parte la formación liderada por Pablo Iglesias corrige su caída: con una estimación del 19%, mejora en medio punto su anterior resultado. El PP y el PSOE continúan en cabeza, sí, pero menos. Su intención de voto es ahora del 26,3% y el 23,1%, respectivamente.
Este último sondeo del CIS es el primero desde las elecciones catalanas del pasado 21 de diciembre, en las que la formación naranja fue la más votada (25,35%) y evidencia que es Ciudadanos la fuerza política que más beneficiada está saliendo por el momento de la crisis política en Cataluña a raíz del proceso soberanista.
Pero además, este último barómetro ha encendido todas las alarmas en el PP. De hecho, mañana Rajoy ha convocado a todos los dirigentes autonómicos de su partido para fijar la «agenda política» del partido para los próximos meses. En la mente de algunos de los más destacados dirigentes populares flota la idea de que urgen cambios en el Gobierno para revitalizar el proyecto del PP en tiempos de creciente rivalidad por el espacio político con Cs.
De hecho, en el PP han llamado a rebato. El fuerte enfrentamiento que mantuvieron esta semana los líderes del PP y Cs, Mariano Rajoy y Albert Rivera, durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso así lo escenifica. Los populares, además, han encontrado en la prisión permanente revisable un auténtico ariete con el que cargar contra la formación naranja a la que le afean que el propio Rivera firmara en 2016 con el líder socialista, Pedro Sánchez, la derogación de la misma.
¿Tiene motivos el PP para temer electoralmente a Cs? El politólogo de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Iván Serrano, sostiene que el PP «se enfrenta a una tendencia a largo plazo preocupante», concretada en «una base electoral envejecida, especialmente en aquellas zonas que están más sobrerepresentadas en el sistema electoral español. El PP -como el PSOE también en gran mesura-». Así, «no está siendo capaz de reponer su base electoral, de llegar a los votantes que están entrando en la edad adulta durante los últimos años». «Ese es el ámbito por donde tienen la gran tensión los partidos ´viejos´ (PP+PSOE) enfrente de los ´nuevos´ (C´s+Podemos)», afirma.
No obstante, añade Serrano, en esta ocasión «el PP además está compitiendo desde la derecha hacia el centro, donde Cs puede tener una mejor posición para recoger voto».
Para la profesora de Ciencia Política de la UOC, Ana Cardenal, «en el PP están inquietos porque no saben aún cómo puede afectarles el tema de su gestión del proceso catalán y la corrupción». Sin embargo, sostiene, es un error dar por perdido al partido que controla La Moncloa, ya que «tiene unas ventajas claras sobre Cs que sin duda explotará: es un partido de gobierno, que puede remitir al votante a su gestión y no sólo utilizar promesas, y es el partido con más credibilidad (según las encuestas) en la gestión de la economía. Si puede mostrar buenos resultados económicos -donde tiene puestas todas sus esperanzas-, no le irá mal», señala.
Suspenso general
El estudio del CIS también revela otro aspecto al que el PP tendrá que dar respuesta. Se trata del alto nivel de desconocimiento de los miembros del Gobierno. A algunos ministros, como el titular de Industria, Álvaro Nadal, afirma no conocerlo el 68,7 % de los españoles. Más grave aún es que resulta desconocido para el 67,1 % de los votantes del PP.
También es muy notable el caso del ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, desconocido para el 64,1 % de los españoles y aún más desconocido para los electores del PP (65%), tal vez un reflejo de la escasa exposición pública de la acción exterior del Ejecutivo. Estos dos casos contrastan con las figuras más conocidas, entre las que destaca la vicepresidenta, Santamaría, que obtiene un 90,9 % de conocimiento, o Cospedal, que logra un 86,6 %.
Para la profesora Cardenal esto puede ser debido a que son «los que llevan más tiempo en el Gobierno». «Santamaria lleva desde el 2011 en el Gobierno ocupando cargos de mucho peso y Cospedal también ha ocupado cargos y es un peso pesado de su partido. Claramente, son los ministros con más peso político», sostiene. Es decir, que son de las caras con mayor proyección pública. Esto es especialmente relevante en el caso de la vicepresidenta, que a raíz de la última remodelación que hizo Rajoy en el Ejecutivo, ha sido la responsable de coordinar la respuesta al proceso soberanista catalán.
Para el profesor Serrano, el alto nivel de desconocimiento del Consejo de Ministros de Rajoy (ver gráfico) es debido a que «ha ido adoptando un perfil bajo». Esta circunstancia, señala, «ha aumentado el foco sobre los personajes más relevantes, y con potencial de sucesión», como muestra el caso de Sáenz de Santamaría.
También es relevante en el caso del ministro de Economía, Luis de Guindos, conocido por el 79,2 % de los españoles y al que Rajoy ha apuntado para la vicepresidencia del BCE y poder «vender» así la idea de la recuperación del peso político en Europa tras haber superado la crisis económica.
Sin embargo, trasladar esa idea no resultará fácil. Un nuevo vistazo al CIS basta para darse cuenta del hecho de que ningún miembro del Gobierno obtiene el aprobado a su gestión. Las notas más altas las vuelve a obtener Santamaría (3,58), la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina (3,27) o el ministro portavoz Méndez de Vigo (3,03). Por el contrario las más bajas son para el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro (2,33), Álvaro Nadal (2,62) o Alfonso Dastis (2,71). Más indicativo aún es el suspenso del propio Rajoy, que obtiene un 2,87.
Si solo se tienen en cuenta a los votantes del PP, la cosa cambia, y los miembros del Gobierno obtienen el aprobado, muy justo, pero aprobado. Así, de nuevo es Santamaría quien logra la mejor nota (6,51) seguida de Tejerina (5,90), De Guindos (5,74), Méndez de Vigo (5,73) y Cospedal (5,70).
Ni siquiera Rajoy obtiene un alto grado de confianza para el conjunto de los españoles según el CIS. Así, para el 78,2 % el presidente del Gobierno da «poca confianza» -31,2%-, o «ninguna» -47 %-. No obstante, entre los votantes populares su figura sigue despertando «bastante confianza» para un 53,8 %. Para el profesor Serrano «la figura de Rajoy se ha convertido en uno de los puntos de anclaje del partido ante de su electorado. La crisis catalana es un elemento unificador en el electorado español, y aquí el PP era el partido mejor posicionado históricamente para beneficiarse de esta agenda política», aunque, señala «la aparición de un competidor tan o más duro como Cs limita esos beneficios».
Para muestra un botón: esta semana Cospedal acusó a Cs de «deslealtad» por «buscar tajada política» con Cataluña y «desgastar a Rajoy».
Teniendo pues en mente el horizonte de las elecciones municipales, autonómicas y europeas de mayo de 2019, será mejor que vayan tomando asiento. La función está empezando. Comienza la batalla por la primacía de la derecha española.
