Una vez creada la lista de invitados, es de esperar que empiecen a confirmar su asistencia. La distribución de mesas vendrá en función, en primer lugar, de lo que os aconseje el catering o espacio donde se celebre el evento, aunque lo ideal es que no sean de menos de 8-10 personas en el caso de mesas redondas. Lo siguiente, será tener en cuenta afinidades y parentescos, para ir dibujando uno de los puzzles más complicados al que os váis a enfrentar a lo largo de vuestra vida.

Esta idea permitirá distribuir de forma temporal a invitados en diferentes mesas, con opción a cambio según vayan surgiendo imprevistos. Lo mejor de este método es que utiliza diferentes colores para familiares, amigos, compañeros de trabajo, etc, de forma que con un sólo golpe de vista podréis identificar huecos y posibles movimientos.

Tened en cuenta que a una semana de la boda las mesas deben estar cerradas, sobretodo si estáis preparando el seating de invitados, ¡no podéis dejarlo para el último momento!.