Como explica la doctora Lucía Monfort, neuropediatra de Hospital Quirónsalud Valencia, “en los primeros años de la vida de un niño puede aparecer una cierta hiperactividad considerada fisiológica y que vine motivada por ese afán explorador”. Este exceso de actividad puede persistir en edades posteriores sin ser considerada una patología.

Pero, ¿qué ocurre si esa actividad en demasía provoca problemas de sociabilidad y aprendizaje? Entonces quizá nos encontremos con un niño con TDAH. El TDAH son las siglas que se corresponden con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad. “Se trata de un trastorno neurobiológico muy prevalente en nuestro medio y que supone una importante disfunción para los niños y niñas afectados, con detrimento de su autoestima al no ser capaces de manifestar toda su capacidad intelectual, por problemas comportamentales, exceso de movimiento y/o dificultades para mantener su atención, que van a influir en la memorización de conceptos”, explica la doctora Monfort.

Cómo saber si nuestro hijo es hiperactivo

Se puede realizar un diagnóstico a la edad de seis o siete años, “aunque previamente puede haber algunos indicadores de la presencia del trastorno”, indica la doctora. No hay pruebas médicas que nos den un diagnóstico directo. Este se basa en cuestionarios que deben rellenar tanto los familiares/cuidadores como los profesores del centro escolar, “puesto que una de las características que debe cumplir el niño con TDAH es tener las manifestaciones del trastorno en todos los ámbitos de su vida”, puntualiza la especialista de Quirónsalud; “además, es fundamental, en el momento del diagnóstico, tener una valoración psicopedagógica del niño para conocer sus capacidades intelectuales”.

Para su tratamiento existen diferentes terapias farmacológicas que el especialista irá adecuando a las características particulares del niño, aunque no debemos olvidar que el tratamiento médico no deja de ser un coadyuvante a un seguimiento psicopedagógico del niño y su motivación constante”, concluye.