Su causa, en la gran mayoría de pacientes, es vírica; el más frecuente es el virus respiratorio sincitial (VRS), uno de los más frecuentes durante el invierno.Como indica la doctora Sara Daza, especialista en enfermedades respiratorias y alergias en el Hospital Quirónsalud Valencia, “este tipo de virus tiene un patrón estacional, presentándose durante los meses fríos del año, con pico de máxima incidencia entre noviembre y febrero”.

Su mecanismo de transmisión es de persona a persona, por lo que se debe evitar el contacto con los que presenten una infección respiratoria (catarro). “Si esto no es posible, evite toser cerca del niño y lávese las manos con agua y jabón antes de cogerle. También se deben evitar aglomeraciones (guarderías, centros comerciales)”, sugiere la especialista. Otro factor que favorece la infección y que puede empeorar su curso es el humo de tabaco, por lo que se aconseja no fumar cerca de los menores.

Consejos para su tratamiento

Al ser una patología de origen vírico, no existe un tratamiento específico ni curativo. ”El objetivo del tratamiento es controlar los síntomas mediante medidas como lavados nasales con suero fisiológico, dormir en posición semincorporada, evitar los cambios bruscos de temperatura y el humo del tabaco”, aconseja la doctora Daza.

Esta infección habitualmente cursa con fiebre, por lo que se pueden administrar antitérmicos como el paracetamol para aliviarla. “En ocasiones se indican broncodilatadores (salbutamol), aunque su uso en la bronquiolitis es muy controvertido, ya que no ha demostrado eficacia en la mayoría de pacientes. En algunos, según sus características clínicas y su edad, el pediatra puede probar el salbutamol y, en caso de respuesta, pautarlo para el tratamiento; en caso contrario, recomendará todas las medidas mencionadas previamente y controles periódicos para vigilar la evolución”, puntualiza la especialista del Hospital Quirónsalud Valencia.

Esta infección respiratoria requiere un seguimiento más estricto en lactantes menores de seis meses y, sobre todo, en los menores de tres, ya que tienen mayor probabilidad de desarrollar complicaciones.