En torno a esta pregunta podemos encontrar numerosos mitos, que se van pasando de generación en generación, que son falsos. “Un ejemplo es el de los alimentos que dicen que pueden producir gases en el bebé porque lo hacen en la madre, como coles, legumbres, zumo de naranja, bebidas gaseosas, etc.”, explica Paloma de Miguel, consultora de Lactancia del Servicio de Pediatría del Hospital Quirónsalud Valencia. “Sin embargo, estos productos podrían producir gases a la madre durante la digestión de los mismos, pero en ningún caso los efectos pueden ser transferidos al bebe a través de la leche materna”, abunda la especialista. Sí es verdad que alimentos con sabores más característicos y fuertes pueden cambiar el sabor de la leche, pero esto no solo no es un impedimento, sino que a los bebés parece gustarles. “Hemos de recordar que ya el líquido amniótico se aromatiza de los alimentos que toma la madre.

Los estudios confirman que más allá de ser un inconveniente para los niños que son amamantados, a diferencia de los que toman biberón, aquellos suelen aceptar de mejor grado los diferentes productos cuando se ofrece la alimentación complementaria a partir de los seis meses de edad”.

Alimentos a evitar

Sí tiene sentido evitar el alcohol, ya que en la leche se va a encontrar en la misma proporción en la que esté en sangre. “Una vez se haya eliminado de la sangre, también lo hará de la leche; por lo tanto, si se toma alcohol, se recomienda esperar dos o tres horas para amamantar”, aconseja Paloma de Miguel.

En el caso de determinadas algas, hay que tener precaución porque una sola ración podría aportar entre el 630% y el 43.000% de las necesidades de yodo diarias. “Esto supone una sobrecarga de yodo que puede afectar al tiroides de la madre y el bebé, además de los metales pesados que podrían contener”, advierte.

La cafeína también pasa a la leche y, aunque hay bebés más sensibles a ella que otros, unos dos cafés al día no parecen causar problemas, pero determinadas cantidades más elevadas podrían producir irritabilidad e insomnio en el pequeño.

Las infusiones que a priori parecerían inocuas, no lo son tanto. Ojo con las que se venden para la lactancia, pues”hemos de tener en cuenta que los ingredientes activos de los extractos de plantas son sustancias químicas similares a las de los medicamentos”, indica la especialista en lactancia.

Todo esto lo podemos consultar en una página que es de referencia a escala internacional y que constituye una gran herramienta para madres y personal sanitario. Se trata de http://e-lactancia.org/, en la que se puede consultar la compatibilidad de cualquier fármaco, infusión o tratamiento con la lactancia. Se la debemos al doctor Jose María Paricio y su equipo. “Esta página ha salvado y salvará muchísimas lactancias, ya que sobre este tema se conoce poco y desgraciadamente los prospectos de los medicamentos no están actualizados. Podemos fiarnos de ella con toda tranquilidad ya que aporta los estudios y bibliografía para cada producto y está en continua actualización. Si un medicamento no es del todo adecuado, nos proporciona una alternativa al mismo, “ revela la especialista en lactancia del Hospital Quirónsalud Valencia.