Edgar Vivó / Paco Lahuerta | Valencia

Cerca ya de la decena de expediciones, las Rutas Híbridas siguen descubriéndonos lugares espectaculares de la Comunitat Valenciana y vehículos excepcionales con propulsiones alternativas que hacen, si cabe, más placentero el viaje. En este último caso visitamos la localidad de Muro del Alcoi como punto de partida para recorrer la Vall de la Gallinera, deteniéndonos en algunas de las pequeñas pero encantadoras localidades de la forman. Y lo hacemos a bordo de un coche de auténtico lujo, el Mercedes-Benz GLC 350 e 4MATIC con un motor híbrido enchufable.

Un GLC muy especial

Esta versión suma a todas las excelencias del GLC original una eficiencia insuperable y un placer de conducción realmente destacado, que por otra parte no merma en absoluto su innata capacidad dinámica. Lo que hace especial a este modelo es su sistema híbrido de propulsión, compuesto por un motor de gasolina de 211 cv y otro eléctrico de 116 cv, que en conjunto brindan una potencia máxima de 211 cv. Gracias a la gran capacidad de sus baterías y a la posibilidad de recargarlas enchufándolo a la corriente eléctrica, además de por la frenada regenerativa, este vehículo puede recorrer -según la marca- hasta 34 km sólo con propulsión eléctrica y a velocidades de hasta 140 km/h. Aunque en la práctica ambas cifras son algo menores, sí permiten que durante los cien primeros kilómetros se alcancen consumos asombrosamente bajos, si bien éstos van subiendo a medida que se supera el centenar de kilímetros.

Aunque los 8,5 l/100 con los que acabamos la ruta están muy lejos de los 2,1 que anuncia la marca para este coche -hay que tener en cuenta que las mediciones se hacen sobre ´rodillos´ y miden sólo los 100 primeros kilómetros- se trata de un consumo realmente bueno, teniendo en cuenta el peso y la potencia del vehículo, además del exigente recorrido que realizamos, con constantes puertos de montaña.

Arrancamos... en silencio

Con las baterías a tope ponemos rumbo hacia Muro del Alcoi, del que nos separa aproximadamente una hora de camino por la la A-7, la CV-40 y la N-340. Durante todo el viaje confiamos en la gestión inteligente del modo híbrido, que nos permitió alcanzar este primer punto de interés con una media de consumo de 8.7 l/100 km, si bien pronto descendió por debajo de los 8 litros cuando recorrimos el municipio con el protagonismo de la propulsión eléctrica. Con el silencio y el placer de conducción que nos brindaba este motor, visitamos la Casa y Plaza Palacio (Palau de la Senyoria), la Ermita de la Virgen de los Desamparados, la Fuente de San Roque o el pintoresco monumento a El Tío Pep, sin dejar de pasar por la antigua estación de tren o la cueva Beneito, un yacimiento arqueológico, perteneciente al Paleolítico.Finalmente, y guiados por los responsables de la bodega Celler la Muntanya, visitamos otro de los parajes más abundantes e interesantes de esta zona, las infinitas plantaciones de vid, olivo y almendro de la zona.

Al otro lado del muro

Tras disfrutar de la belleza y la amabilidad de las gentes de Muro del Alcoi, nos aventuramos ´más allá del muro´ poniendo rumbo hacia el imponente embalse de Beniarrés, que se encuentra cerca de esta población. Cuenta con nada menos que 260 hectáreas de extensión de agua y una presa de gravedad con una caída de 53 metros. Las altas montañas que lindan con sus orillas permiten disfrutar de unas maravillosas vistas de esta inmensa acumulación de agua artificial. Se trata sin duda de un lugar de vista obligada para todo aquel que transite por esta zona.

Ruta de 8 pueblos

Tras este agradable alto en el camino, nos desviamos de la CV-705 y tomanos la CV-711en dirección a la Vall de la Gallinera. Este enclave, situado en la comarca de la Marina, está compuesto por 8 pueblos: Benirrama, Benialí, Benissivà, Benitaia, La Carroja, Alpatró, Llombai y Benissili. Aunque esta expedición es más habitual realizarla a pie siguiendo una excepcional ruta de senderismo, nosotros la hicimos a bordo del GLC, que nos mostró su lado más dinámico en las sinuosas carreteras secundarias y los puertos de montaña que unen todas estas poblaciones a lo largo de la CV-700.

Hasta ahora habíamos tratado con delicadeza los pedales de freno y acelerador para disfrutar de la eficiencia del coche,

pero animados por las curvas de este recorrido, buscamos los límites del conjunto propulsor. Cuando se selecciona el modo deportivo del vehículo y actúan en conjunto el motor de combustión y eléctrico, se goza de una auténtica explosión de potencia inmediata gracias al par inmediato que aporta el primero. Es entonces cuando también se aprecia el excepcional trabajo realizado por los ingenieros de Mercedes-Benz a la hora de adaptar las características del modelo híbrido enchufable, con su mayor peso y volumen, al chasis del GLC original. Apenas se sienten los kilos de más ni las inercias, manteniendo un perfecto tacto y guiado de la dirección y un paso por curva tan rápido como seguro. De este modo comprobamos que los híbridos no son coches aburridos y simplemente enfocados a la eficiencia, sino que tiene un lado deportivo y muy divertido.Eso sí, la diversión se paga, y tras este rato de esparcimiento el consumo rozó los 10 l/100 km, ya que gran parte del recorrido fue en ascensos a puertos de montaña.

Cuando retomamos el ritmo habitual de la ruta y bajamos los puertos a velocidad constante, la media volvió a rondar los 8 litros. Además, también fueron muy decisivos en este aspecto los recorridos urbanos que realizamos a tra

vés de las preciosas poblaciones antes mencionadas, propulsados exclusivamente con energía eléctrica, gracias a la generosa autonomía de las baterías, que nunca bajó del 10%.

Vuelta a casa

Dejamos atrás la Vall de la gallinera con la promesa de volver para seguir descubriendo sus infinitos encantos y con el pesar de haber llegado algo pronto a la temporada su tesoro más preciado, la cereza. Cuando retornamos al punto de partida, el GLC 350 e marca una media de consumo de 8.3 litros, aunque esta excelente cifra no es lo mejor que nos deja el todocamino: por encima de todo nos quedamos con su confort y la calidad de vida a bordo que entrega en cualquier contexto y circunstancia.

Casa rural sastre segui

Cargada de historia y tradición, esta antigua casa fortificada de 1.830 ha mantenido, con una rehabilitación cuidada y respetuosa, todo el encanto de su pasado, lo que hace posible que los huéspedes puedan visitar su antigua almácera y celler perfectamente conservados. Con amplias dependencias es un lugar idóneo para realizar reuniones y celebraciones familiares. Y en el exterior, uno de los valles más singulares de la geografía valenciana, Vall de Gallinera.

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Restaurant sabors

Este magnífico restaurante se encuentra situado en el corazón del Vall de la Gallinera, más concretamente en Benialí. Es un local inmejorable para gozar y saborear la cocina rural más autentica del interior de la Comunitat Valenciana. Sabores puramente mediterráneos insuperablemente cocinados y con un cuidado servicio y presentación. Sus especialidades son las costillas a la miel acompañadas de piña, la paletilla de cordero con papas caseras, el solomillo de ternera con foie de oca y las gelatinas de pétalos de rosas y violetas, y el hojaldre relleno de foie de oca, camembert y mouse de higo.

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Celler la muntanya

El Celler la Muntanya es una bodega muy diferente a otras gracias a una potente visión de la viticultura que une agricultura de micro viñedos, prácticas respetuosas con el medioambiente, herencia cultural y sostenibilidad económica para crear excelentes vinos.

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