El proceso de electrificación que está experimentando la industria del automóvil avanza a pasos agigantados. La electricidad se ha convertido en la principal protagonista del desarrollo de toda una serie de nuevas tecnologías aplicadas a la movilidad, basadas en la eficiencia y el respeto al medioambiente.

Dos premisas que no tienen porqué estar reñidas con la emoción y el hecho del simple disfrute de la conducción a la hora de ponerse al volante.

En esta línea surge Polestar, la división de desarrollo de vehículos eléctricos de Volvo. Una marca bajo la cual la firma sueca busca fusionar la electricidad, el lujo y las altas prestaciones.

Y como primer exponente de este atractivo cóctel surge el Polestar 1, un coupé híbrido de dos puertas, cuatro asientos y 600 cv, con una autonomía eléctrica pura de 150 km, la mayor de todos los híbridos del mercado.

El Polestar 1 es un ejemplo de las sinergias inherentes entre las marcas Volvo y Polestar. Aproximadamente la mitad de la tecnología que incorpora este deportivo de lujo se basa en la arquitectura modular de vehículos SPA desarrollada internamente por Volvo, y utilizada en los diferentes modelos que componen la lujosa serie 90; S90, V90 y XC90. La otra mitad es totalmente nueva y desarrollada a la medida por los ingenieros de Polestar que trabajan en el departamento de I+D de Volvo.

Este vehículo eléctrico de alto rendimiento entrará en producción en Chengdu, China, a mediados de 2019 seguido de cerca, también ese mismo año, por un vehículo más pequeño, el Polestar. Este modelo compacto será el primer vehículo totalmente eléctrico comercializado por Volvo Car Group y el primero de los cinco automóviles que lanzarán Polestar y Volvo entre 2019 y 2021.

La presentación del Polestar 1 se presenta como un claro ejemplo del compromiso que ha adquirido este grupo de origen nórdico con la electricidad, el cual le llevará a incorporar un motor eléctrico en el sistema de propulsión de todos los nuevos Volvo a partir de 2019.