Opel ha reforzado la gama Grandland X con la incorporación de un nuevo motor diésel. Se trata de una unidad de 1.5 litros de cilindrada y cuatro cilindros turboalimentado que debuta en el máximo exponente de su gama SUV.

Con 130 cv, este propulsor es más potente y económico que el motor al que sustituye. Además, cumple los requisitos futuros más estrictos en materia de emisiones, gracias a un innovador catalizador de oxidación/filtro de reducción de NOx que se combina con la reducción catalítica selectiva (SCR).

Acoplado a una transmisión manual de seis velocidades, la marca anuncia para este modelo un consumo medio situado en torno a los 4,2 litros, mientras que las emisiones de C02 son de 109 gr/km. De manera opcional, esta planta motriz también está disponible con una nueva transmisión automática de ocho velocidades.

Este motor se une al recientemente presentado 2.0 litros de 177 cv, para conformar una de las gamas diésel más interesantes de su segmento. Un catálogo de propulsores que ya cumplen la estricta normativa Euro 6d-temp, obligatoria para todos los coches nuevos matriculados a partir de septiembre de 2019.

Un horizonte marcado por la eficiencia, enel que Opel quiere tener un papel protagonista con el lanzamiento en 2020 de la primer versión híbrida enchufable (PHEV) de la marca, y que recaerá en la gama Grandland X.