Como quiera que el entrenamiento de ayer fue como un reloj (12 km, 5 a 6´ y 7 km a 5,20´) y la pubalgia está empezando a resignarse y apenas me ha dolido, hoy, día de descanso, quiero presentaros a un personaje singular, Ricardo Hernández. Se trata de un cicloturista, profesor de taller, aventurero y escritor que ha recopilado en sus libros las vías verdes de la Comunitat Valenciana que permiten su tránsito en bici, andando o corriendo.

Su libro «Las Vías Verdes de la Comunitat Valenciana», editado por Carena, es una referencia recomendable para todos aquellos que quieran adentrarse en cualquiera de las trece rutas que ha diseñado para ser disfrutadas con lentitud. Son rutas acondicionadas sobre las antiguas vías férreas ya en desuso. Son caminos que atraviesan túneles, viaductos, puentes y que nos descubren parajes salvajes de enorme belleza. Su libro nos habla de vías verdes, que son aquellas que utilizan el antiguo trazado ferroviario. Nos señala cuáles son las vías verdes acondicionadas, es decir, aquellas cuyo trazado ha sido recubierto con asfalto, cemento o tierra afirmada y que está señalizado para uso exclusivo de caminantes, jinetes, ciclistas y personas de movilidad reducida. Nos indica las vías verdes transitables, es decir, aquellas que se pueden recorrer aunque compartiéndola con vehículos a motor o que presentan más dificultades por su falta de limpieza y mantenimiento. Hernández nos ofrece datos de longitud, altimetría, dificultades y descripción del itinerario. El autor nos recomienda planificar cualquiera de ellas de principio a fin. Dice en su libro que «lo mejor es disponer de un coche particular para desplazarnos a los lugares de inicio de las rutas, así como de un acompañante que después se traslade con el vehículo hasta el final de la ruta para recogernos».

Sea como fuere, me parece un plan extraordinario para familiares y amigos llegar a completarlas de la manera que sea: andando, corriendo o en bici. Y para los corredores que planificamos hacer tiradas largas de vez en cuando, me parece que son un reto. No se me ocurre nada más emocionante que descubrir estos parajes atravesados por el ferrocarril desde 1848 hasta finales del siglo XX. Como dice Ricardo Hernández en su prólogo, el patrimonio es brutal: «En 1993 la Fundación de Ferrocarriles Españoles realizaba el inventario de las líneas ferroviarias en desuso. En total, 98 líneas, 5.764 kilómetros, con todo su patrimonio de obras de fábrica e inmuebles: 954 estaciones, 501 túneles y 1.070 puentes y viaductos». En su libro nos delimita 13 rutas, en total 595 kilómetros por descubrir en la Comunitat Valenciana. Para los runners se trata de un salto cualitativo, ir más allá del viejo cauce del río. Se trata de correr por lo descono cido.