Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

21 fallas bajo un mismo techo

Quince fallas infantiles, más seis grandes, componen la imagen en el taller de uno de los artistas más premiados

El taller de José Manuel Felip, poco antes de empezar a distribuir las fallas. j. m. felip

Si la cara es el espejo del alma, el taller también es espejo de lo que es o puede llegar a ser un artista fallero. Año tras año, José Manuel Felip Gómez ocupa las últimas horas antes de la «plantà» en retratar para la posteridad el resultado de muchos meses de trabajo: una nave llena de fallas, preferentemente infantiles, completas y preparadas para ser distribuidas por toda la geografía fallera. La imagen de 2014 no difiere demasiado de las de ediciones anteriores: 15 fallas infantiles y 6 grandes «realmente, son fallas grandes muy pequeñas, manejables, que no me desborden».

Para quien no lo sepa, José Manuel Felip es el artista más galardonado en la era moderna de las fallas infantiles. Y su filosofía es muy sencilla: hacer muchas fallas y hacerlas bien. Desde el año 2005, no hay ejercicio en el que no se lleve uno o más primeros premios. Aún recuerda aquel en el que consiguió cuatro victorias. Y también por eso tiene muy claro cuál es su lugar en la fiesta. «Ni se me ha pasado por la cabeza hacer una falla de Sección Especial. No entra en mi proyecto de taller. Sé cuál es mi nicho laboral y me gusta».

El taller, en el que trabajan cuatro personas «yo pinto, un chico modela y el resto son personal de taller» aún recuerda Felip cómo, no hace tanto tiempo, «tenía 40 ofrecimientos. Lógicamente, no podía hacerlas todas y tenía que descartar. Ahora hay más competencia, pero me siguen llamando, desde luego. Si tengo que decir la verdad, aún no tengo claro por qué recibo tantas ofertas, aunque este año, todo se ha hecho más de rogar. Supongo que porque gano muchas veces, porque soy un artista amoldado a determindos niveles…» Precisamente, completar el presupuesto parece ser la causa principal para haber regresado a las fallas grandes, especialidad que casi nunca ha probado. «Son fallitas muy manejables. Aunque a la hora de la verdad, me siento más cómodo con las infantiles».

Todas las fallas se han quedado en el taller. «Ninguna comisión podía llevársela. Eso decían». Y recuerda lo que es, en el tramo final del ejercicio, la visita de las comisiones. «Los últimos, en el fin de semana de finales de febrero, les digo que se arreglen para entrar. No veas cómo se pone la calle». Asegura que «apenas un par de fallas están realizadas con cartón y porque así me lo han pedido. Ahora, casi todo es corcho».

En plena producción con 46 años de edad

Con 46 años, José Manuel Felip está en plena producción, esa que empezó hace un cuarto de siglo. Además, cada vez se ha adentrado más en el mundo de las fallas grandes. El año pasado cumplía 25 años plantando para Creu i Mislata, por lo que hizo una falla personalizada y conmemorativa, en el que él mismo era el protagonista. Debió gustar, «porque ahora me han pedido hacer la grande». m. d. valencia

Compartir el artículo

stats