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"Pensaban que ardían personas"

Niños de 7 años de Utah (EE UU) quedan impactados al conocer la tradición de las Fallas a través de su profesora de Torrent

Mª del Mar Andreu, de Torrent, abajo a la izquierda, con sus alumnos estadounidenses en un colegio de Park City donde enseña español. Levante-EMV

Quizá se junte todo: la ingenuidad infantil propia de alumnos de 7 años, el choque cultural que propicia un océano de por medio y los rasgos de una sociedad más acostumbrada a las armas que al fuego festero. Pero cuando María del Mar Andreu se empeñó en sacar su vena fallera y mostrarles a sus alumnos de Park City, en Utah (EEUU), cómo era la tradición de las Fallas como complemento cultural a sus clases de lengua española, las exclamaciones y los gestos empezaron a brotar de sus caras. Lo primero que les impactó fue la «cremà». «Cuando vieron en vídeo a una falla prenderse fuego, pensaban que los ninots que ardían eran personas reales. Uno me preguntó: "Profesora, ¿nos vamos a quemar?"», dice. Otra reacción curiosa que se explica por el profundo conservadurismo de este Estado mormón fue cuando los niños empezaron a taparse los ojos al ver los ninots porque iban desnudos», explica María del Mar. Después, cuando empezaron a comprender el sentido de los monumentos, alguno de los chicos ya se atrevía a alabar lo «chistosas» que eran las figuras.

Nunca antes habían visto nada parecido y les impactó todo. Las mascletaes, por ejemplo. «¿Dónde se pone la gente?» para no sufrir daños, le preguntaban preocupados. Otro elemento que despertó su curiosidad fue la indumentaria, especialmente la de las falleras. Tanto a los niños como a las niñas, recalca la profesora. De hecho, cuando María del Mar repartió hojas con el dibujo de pequeños falleros para que los pintaran, hubo niños interesados en pintar a falleras y no a falleros. La música de la fiesta El Fallero, Valencia y pasodobles fallerizados como Amparito Roca o Paquito el Chocolatero pusieron la banda sonora mientras los estudiantes realizaban la actividad, de casi dos horas de duración, y contemplaban imágenes de monumentos falleros y de actos como la «despertà» que supieron diferenciar de la «mascletà», los castillos de fuegos artificiales o la «plantà».

La lástima del fuego

La actividad, realizada durante tres días consecutivos en los colegios Mc Polin Elementary School y Parley's Park Elementary School de martes a jueves de esta semana no se limitaba a ver vídeos y escuchar las explicaciones en castellano de la profesora. También tuvieron que imaginar, dibujar y pintar una falla. Curiosamente, la gran mayoría de los alumnos que al principio no entendían cómo podían sujetarse en el aire los ninots y con qué material estaban construidos coincidió en la escena elegida para dibujar: una falla en plena «cremà». «Es que el fuego les impactó mucho, aunque se preocupaban por el hecho de que algo tan bonito y que costaba tanto de hacer, como yo les expliqué, tuviera que ser quemado», relata.

Casi tanto como la «cremà» les sorprendió algo inesperado para ellos. Ocurrió al principio, cuando la maestra de Torrent les explicaba en qué punto del planeta estaba España y dónde se ubicaba Valencia. «Les dije que era una ciudad con mar, sol y costa donde no había montañas. Y ellos, que están rodeados de altísimas montañas, no se lo podían creer. ¡No podían concebir una ciudad sin montañas!». No las cambian ni por fallas de sección especial.

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