Aunque los veredictos son siempre una valoración tan subjetiva como discutible, cuando son 385 los monumentos en competición acaban por extraerse algunas conclusiones. Y el ejercicio 2014 acaba por ser recordado por detalles y nombres propios.
Emilio Miralles, sensacional
Posiblemente su espacio natural no sea la Sección Especial, pero Emilio Miralles confirma su excelente momento: dos victorias de falla, una de ingenio y la experimental. Y ningún monumento en solitario sin premio. Si, en categorías menores, pero mejor así.
José R. Devís también se luce
El continuador de la saga también está en muy buen momento. Una victoria en Segunda A y premio en todas las fallas. Sin ser uno de los de élite, está garantizando «trapo».
Carsí, seguro, pero...
Se esperaba con interés el trabajo de Carlos Carsí, uno de los artistas con mayor proyección. Se confirma como muy bueno con los guiones: dos victorias de ingenio. Pero quizá sabe a poco que solo haya obtenido un tercer premio de falla. Pero no hay que olvidarlo: es muy bueno. ¿Mucho trabajo?
Sergio Musoles, excelente
Otro al que se esperaba con interés y acaba con muy buen tono. El de Burriana, con una victoria en Tercera A y un muy buen sexto en Especial, demuestra que ya se merece un salto más ambicioso.
Antonio Verdugo pisa fuerte
Conflictos sobre originales o copias, Antonio Verdugo no solo cumple muy bien en Malvarrosa y tiene un muy buen resultado en Ángel del Alcázar.
Sergio Musoles da el salto
El extraordinario doblete de Sergio Musoles en Primera B en Ceramista Ros catapulta a este joven artista. Le van a llover las ofertas.
Carlos Borrás da el salto
Su victoria en Bolsería catapulta al joven artista hacia unos niveles interesantes.
Las experimentales ya no son solo «cosas raras»
Los premios de falla obtenidos por Mosén Sorell-Corona y la Plaza de Jesús son indicativo de que, de alguna forma, algo está cambiando con las fallas que se deciden a experimentar. No se las despacha solo, y no siempre, con un premio de ingenio.
Mistral, victoria en el infierno
Un problema económico enorme ha llevado a Federico Mistral-Murta a la última sección. Y allí, en un lugar impropio para su gusto por el monumento, ha ganado con claridad.
