Una nueva época después que el fundador, creador y pagador del proyecto esté, al menos teóricamente, en una tercera o cuarta fila. Un fallero acostumbrado a los proyectos sociales convencionales, Antonio Platero, ex presidente del Mercado de Castilla, se hizo cargo de la falla tras aterrizar años atrás. Ahora, seis meses después, la comisión parece pasar su primer gran examen, uno de los muchos que les quedan en el futuro.
¿Cómo se encuentra en estos momentos la comisión de Nou Campanar?
Somos unos cincuenta adultos. Es verdad que, a acabar el ejercicio, se fue gente. Nou Campanar no era una comisión al uso: había mucha gente sólo aparecía en fallas... pero los que estamos somos falleros con ilusión y ganas de trabajar. Y también con una obligación: estar en Especial. Si no, es inviable. Tenemos unos patrocinadores que nos mantienen ahí. Nou Campanar es una comisión, pero también es una marca que se ha creado con el paso de los años anteriores y eso es lo que tenemos que aprovechar para sobrevivir porque vale mucho.
El 19 de marzo, Juan Armiñana aunció que dejaba la comisión y el que más, el que menos, veía en serio peligro la continuidad.
Lógicamente, hubo dudas. Juan me insistió en continuar el proyecto desde la presidencia. Yo no soy fundador, pero ya me habían visto mi forma de ser y nos planteamos que había que continuar. Mi principal objetivo era cumplir el presupuesto y eso lo vamos a lograr. Es normal que hubiera temores entre los falleros en el sentido de si, al acabar este ejercicio, habría que hacer una derrama. Pero las cuentas están controladas. He tenido la grata satisfacción de ver que el fallero está ahora mucho más implicado. Antes, ser fallero de Nou Campanar era muy cómodo. Ahora se implica, pregunta, quiere saber... los artistas han venido tres veces al casal a explicar la falla y cómo se está avanzando y eso hace que la gente baje, sea curiosa y se esté haciendo comunidad.
A falta de pan, tortas. A falta de dinero, falla experimental.
Aquí estamos, con un proyecto nuevo y, efectivamente, experimental, con dos responsables del proyecto muy ilusionados. Va a ser un proyecto muy diferente por lo que conlleva. Hay solidaridad, hay trabajo, hay colaboración con asociaciones y hay participación de los falleros, que es algo muy importante. Va a haber vida mucho más allá de lo que se ve. Están trabajando muchísimo y están muy implicados.
La maqueta, o lo que sea, ha propiciado comentarios de todo tipo, incluyendo los críticos y los jocosos. ¿No había forma de presentar otra cosa?
Es una reproducción de un mosaico de Nolla, la fábrica de los antepasados de Rita Barberá. La verdad es que no. Ellos llevan la idea y están lo suficientemente implicados como para respetar que sea esto lo que han presentado.
¿Son conscientes de que su falla está llamada a quedarse, como el año pasado, sin premio o, como mucho, que le caiga uno de ingenio?
Somos plenamente conscientes de ello y estamos mentalizados para ello. Pero creemos en el proyecto no ya por el monumento, sino por lo que lo rodea. Por la participación, por lo que se va a vivir desde el 7 u 8 de marzo que empiecen a salir las piezas. Por lo que supone de implicación de todos. Quizá, en estos momentos Nou Campanar necesita para su continuidad mucho más un proyecto que un cuarto, séptimo o décimo premio.
A estos niveles, una experimental corre el riesgo de ser calificado como una maravilla o una "bacalà".
Lo sé. Y nuestro objetivo que la gente se vaya de aquí pensando que ha acudido a una falla y a una experiencia y que ha valido la pena. El año pasado tuvimos más visitas que los ganadores del primer premio.
Perdonde que se lo diga. En la Festa per a Tots hay fotos de los cargos representativos de las diez comisiones y usted está más sólo que la una. Ni falleras mayores, ni presidente infantil.
Ya lo sé, ya. Estamos ahora mirando para tener fallera mayor... a lo mejor hay noticias pronto. Y los infantiles son muy pequeños. Habrá unos cuarenta, pero les falta crecer. Pero es verdad: ahora mismo estoy solo en ese sentido.
¿Qué papel tiene Juan Armiñana en la comisión?
Está informado de cómo van las cosas, pero, tal como dijo, está totalmente apartado. Es fallero de número.
