Tras la vorágine de la elección, las falleras mayores de Valencia, las protagonistas y sus familias tuvieron una nueva y no menos importante reunión en la que se les impartieron las últimas nociones antes de empezar a ejercer, y que están relacionadas, sobre todo, con los aspectos que afectan a su nuevo entorno.

El desembolso económico siempre ha sido y será el gran motivo de debate sobre el cargo. El secretario general José Luis Vaello asegura que «se les ha dicho la auténtica realidad: ellas tienen unos trajes por haber sido falleras mayores, más los dos que les regala el ayuntamiento. Lo que deben tener claro es que no se pueden hipotecar por adquirir algo que no es un patrimonio como puede ser, por ejemplo, una casa. Nosotros les hemos dicho que la JCF no les obliga a ningún listón». Más allá, claro está, de gastos fijos imposibles de no realizar como la peluquería y el maquillaje y los trajes de particular. «Me ha dado la sensación de hablar con personas que tienen muy claro lo que quieren».

Son muchas las ofertas que recibirán desde el primer día relacionadas con la indumentaria, maquillaje y «consejería» general. «Les van a hacer muchos ofrecimientos y se les recomienda que se lean la letra pequeña». No es lo mismo, por ejemplo, el traje de Álvaro Moliner, que lo regala completo y solo pide que se estrene en la Exposición del Ninot «que aquel que te regala unas manteletas, pero te las pone si te compras la tela y te coses el traje en su tienda. Deben tenerlo claro y aceptar o no en consecuencia».

No se puede hacer publicidad

Su entorno profesional no puede hacer publicidad por trabajar para ella. «Su imagen solo la pueden explotar los indumentaristas oficiales y con ciertos límites».

Con la elección de Estefanía y María, también se levantan, solo parcialmente, las normas sobre las redes sociales. Mientras eran candidatas se recomendaba encarecidamente silenciar las cuentas de facebook y twitter. Ahora ya están activas nuevamente, pero también con pautas. Principalmente, seguir utilizándolas para aquellos comentarios personales que se quiera, pero evitando narrar o subir fotografías íntimas relacionadas con el cargo. En estos días, las nuevas cortesanas se han dedicado a agradecer a todos los que les han apoyado en los días de pruebas.

Hace dos años, por ejemplo, una de las cortesanas, Rebeca Aguado, hacía unas crónicas pormenorizadas de lo que habían hecho. Pero se le acabó diciendo que no lo hiciera porque, aunque eran unos escritos «almibarados», daban «demasiados» detalles. «Lo de las fotos también se les dice porque, se quiera o no, cualquier cosa que hacen se interpreta o malinterpreta. Si la corte se hace un día una foto en un momento en el que están, por ejemplo, descansando y descalzas, no faltaría quien saltaría a criticarlas. No vale la pena. Por contra nadie les impide que pongan todas las fotos que quieran de su vida privada, sabiendo que ahora son personas públicas y cualquier cosa que hagan se seguirá mucho más». También se les recomienda que no salgan a responder las críticas que reciban «aunque este año han tenido suerte y las críticas y los ataques han sido mucho menores».