­«¡Honrar a los santos quemando cosas!». Es la única expresión afortunada y se la dice Anthony Hopkins a Tom Cruise tras la inexplicable escena de Misión Imposible 2, en el que se mezcla una procesión de Semana Santa de Sevilla con antorchas y falleras lanzando flores. Seguramente, la máxima expresión de lo que supone la presencia de las fallas en el séptimo arte: una visión cuando apenas sesgada y superficial del ya de por sí complicado intríngulis de la misma. Si se quiere ser benevolente, poco se puede exigir a directores y responsables de script si mucho más cerca es difícil comprender algunas de las particularidades de la fiesta. Si se es estricto, habría que condenar a más de una a recibir un Razzie, el «anti Oscar» a la peor película.

«Sorprenden dos cosas a la hora de hacer balance: la escasa referencia bibliográfica que hay de los rodajes, incluso en los archivos de las propias comisiones y, por supuesto, el carácter superficial e incompleto en gran parte de las ocasiones. Seguramente, falta una producción en la que se de una visión más fiel». Es la conclusión a la que llegan Alejandro Lagarda e Iván Esbrí, miembros de la Associació d´Estudis Fallers que mostraron ayer, durante las charlas de la falla Pedro Cabanes-Juan XXIII, una antología de imágenes que incluyen la participación de las fallas, desde un papel protagonista a simples cameos.

La lista es tan larga como apasionante, que empieza con «Mientras arden las fallas», una producción de Miguel Monleón de 1929 y abarca hasta las películas transgresoras, como «La follera mayor» o «La fallera mecánica», en la que una fallera se hace atea y lesbiana.

En algunos casos se convierte en un hilo argumental, como en la serie «Manos a la Obra» de Antena 3, donde los chapuzas quedan ambientados en plenas fallas. En otras series como «Brigada Central» se encuentran situaciones curiosas, como la caracterización de dos artistas falleros que recuerdan mucho a Vicente Luna y Julián Puche, interpretado este por Manuel Alexandre.

La Cubana en «Teresina SA» de TV3 se combina con «La maldición de la Pantera Rosa», una película internacional con la que finalizaba desdichadamente una saga. Pasando por referencias durante el franquismo como «Ronda Española» o «La Corista», donde hay simples apuntes. En «Arroz y Tartana», de Escrivá, la falla que se representa y quema no tiene nada que ver con la que describe Blasco Ibáñez. Se reproduce una falla verídica de primeros de siglo, pero no la orquesta de ministros.

El remate de la conferencia fue el videoclip de la canción «Don´t tell me», de Blancmange, ambientada en las fallas de 1984, que incluye un largo cameo de la fallera mayor de Valencia, María José Ariza, y su corte de honor, rematado con los solistas triscando en la cremà municipal.