Las dos categorías más importantes de las fallas de Valencia no quedarán sometidas a la suerte o a la mala suerte de la bolita y se organizarán ellos mismos los jurados que califiquen sus monumentos. Si hay consenso entre sus componentes, cosa que se supone, la Sección Especial volverá a la fórmula, puesta en práctica otras veces, de elegir ellos su propio jurado. Y la Primera A no hará más que dar continuidad a lo que llevan haciendo varios años.

La tumultuosa asamblea del pasado martes, en la que se aprobó el nuevo sistema de elección de jurados (sorteo a través de unas listas) dejaba abierta la opción a que las comisiones de una sección monten su propio jurado, si está de acuerdo el 80 por ciento de sus componentes.

Ahora mismo, la única que lo hacía era la Primera A (la Especial ha estado yendo y viniendo y en los últimos años era elección directa del presidente de la Junta Central Fallera). En el caso de la categoría de plata, cada participante propone un candidato y los presidentes ponen en una papeleta cinco nombres. Los cinco más votados son los que calificarán. El hecho de que tanto Especial como Primera A tengan una federación allana el camino al consenso, que se antoja más complicado en el resto de categorías que no tienen ninguna entidad aglutinadora de este tipo.

En el caso de la Especial, sus componentes ya habían tomado cartas en el asunto y ante la eventualidad de que se aprobara la fórmula del sorteo, ya tenían claro que van a intentar hacerse ellos mismos el jurado.

¿Qué opinan los artistas de la modificación asamblearia?. Expectativa. Ayer se reunieron en el casal de Maestro Gozalbo cuatro de los más reputados. Miguel Santaeulalia «junior» fue uno de los más explícitos sobre la nueva fórmula. «El sistema que pongas dependerá de lo que plantes tu en la plaza y de la gente que saquen. Y siempre hay una gran parte de fortuna en esto. Yo les pediré honradez, porque, sinceramente, ¿que haya cien personas que saben de verdad calificar una falla es una utopía. Y yo me incluyo, porque soy el primero que duda. Pero también debemos ser conscientes de que esto es arte popular y que los que califican no son eruditos, pero el público tampoco. Has de hacer bien tu trabajo y confiar en tenerlo todo de cara».

Manuel Algarra aseguró que «eso de un sorteo, sin necesidad de que vayan siempre los mismos, parece que suena mejor. Lo importante es que se han mojado las comisiones, aunque no vamos a negar que muchos de los que califican nunca han pisado un taller. Les pido honestidad, porque juegan con nuestro pan». Francisco Mesado cuestionó que «el problema no es quien califica, sino qué estilo es el que se ha de premiar» y Pedro Santaeulalia se remitió a la practicidad: «al final, el que gane dirá que este cambio era necesario y ahí está la demostración y el que quede por debajo de lo que esperaba dirá que ha sido un cambio inútil».