Fallera de la corte y presidenta en ejercicio. Vale que formando parte de una de esas presidencias compartidas tan en boga. Vale que, como a efectos oficiales, la que figura es otra de las componentes del triunvirato, pero Pepa era «fajín rojo» a todos los efectos. «Lo que no sé es si ahora podré continuar ejerciendo. Me encargaba sobre todo de temas de papeleo: permisos, asambleas, ayuntamiento, Junta Central Fallera€» De algo le tenían que servir sus casi finalizados estudios de derecho y ADE. En eso están María Ortega, Javier Tolosa y ella. «Me hace mucha ilusión poder aportar mi trabajo y quisiera seguir colaborando, aunque tengo claro que, a partir de ahora, será más complicado. Una comisión que, pese a que es de bastante reciente creación (sólo han plantado 12 fallas) ya suman con ella su cuarta cortesana. Lo que a otras comisiones les ha costado toda la vida, ellos lo han logrado casi en un suspiro. «¿Por qué las anteriores? Porque sin duda lo merecían, tanto Leonor Ortega como Alba Tolosa y Laura Brisa. Y alguna que otra más que también debía haber salido».

Tras haber desfilado en la Ofrenda de niña en Maestro Gozalbo, Pepa llegó a esta joven demarcación en 2005, cuando apenas llevaban un año de existencia. Una comisión que ha sufrido lo suyo. De esas enclavadas en barrios nuevos, con fincas muy altas y bajos imposibles. «Quizá hace tres años te habría dicho que lo teníamos muy difícil para continuar. Pero ahora vemos el futuro mucho mejor. Hay mucho infantil y tenemos mejores perspectivas. Somos una comisión muy familiar. Este año tenemos todo: dos falleras mayores y presidente infantil». También está acostumbrada a las fallas alternativas. «Está claro que, en gran medida, las experimentales se hacen cuando no tienes mucho dinero ¿para qué negarlo? Pero eso no quiere decir que sean malas fallas. La mía, la del esqueleto, me pareció extraordinaria, muy bien pensada».

Ella tuvo fallera mayor infantil, pero casi por correspondencia. Paula Llorens estaba viviendo en Catar. «Pero estuvimos juntas en Navidad, vino a la presentación, a toda la semana de fallas€ fue algo insólito, es verdad». El que llegará a tiempo para verla es su hermano, que ahora reside en Copenhague. Tampoco le desagradaría que visitara Valencia el grupo The Killers, banda por la que siente auténtica pasión.

Con el apellido Esbrí en su DNI, raro habría sido que no tuviera los ancestros en Castellón. Prácticamente todas las personas que lo llevan pertenecen a sus comarcas. Y así es. Su padre es de Sant Mateu y su madre, que se apellida Mateu, no es de Sant Mateu, sino de Xert. Bajaron a Valencia por cuestiones de trabajo dejaron un regalo para la historia de la fiesta.