Una imagen con 13 candidatas a fallera mayor de Valencia suele estar caracterizada por la heterogeneidad. De edad, estudios, tipo de comisión, características físicas, experiencia fallera, ubicación del domicilio, cultura general, estilismo, condición social de la familia, carácter y personalidad€ y así hasta el infinito. Pero algunas cosas son comunes. Por ejemplo, que todas pertenecen a una comisión de falla. De perogrullo. Y si repasan las imágenes de este año y todos los anteriores, entrarán€ melenas. Desde debajo de los hombros a casi la cintura. Melenas que cuando acaba el año suelen ser pasto de la tijera, que se lleva medio palmo o más de un cabello machacado por los potingues y los ganchos. Emma no. Melenita y nada más «porque no se necesita más para hacer los moños. Con lo que llevo tengo más que suficiente y quedan perfectamente».

Un toque de modernidad y frescura en una joven de 25 años que devuelve la representación a Xirivella. «Mi padre es de allí y mi madre de Torrent. Viví en Xirivella hasta los nueve años hasta que nos trasladamos a Torrent. Pero sigo en la falla porque es donde me he criado y de donde, sí o sí, tengo que estar». Y pu abuelo fue uno de los fundadores de la comisión del Barrio San Antonio. Una razón de más para haber sido fallera mayor este año. «No fui infantil porque en mi falla siempre hay cola. ¡Ahora mismo somos 527 falleros! Pero sí que quería ser especialmente ahora porque mi abuelo ya está poniendose muy malito y quería que se diera cuenta de que yo era la fallera mayor. Y algo sí que ha podido darse cuenta. Además, una amiga mía fue quien me pasó el testigo. Era el año que debía ser». Adoración por el abuelo y por la abuela «que la echo mucho de menos. Son ellos los que insistiron en que nos apuntaran a la falla. Todo cuanto he vivido en la fiesta se lo debo a ellas».

Los sentimientos son así. Como el de cualquier fallera mayor de comisión en 2015, cuyos finales de fiesta estuvieron salpicados por vientos y lluvias. Incluso eso para ella tiene un valor. «En nuestra comisión, el día 19 damos los premios "oxígeno" y "asfixia". Son unos premios de reflexión por lo que ha pasado. Y a mi me dieron el premio oxígeno porque, según dijeron, pese a lo que había sucedido en los días de fallas, siempre me vieron con una sonrisa y totalmente entera. Y me dedicaron una canción de Efecto Pasillo que dice «no importa que llueva si estoy cerca de ti». Ahora ya no puedo escucharla sin ponerme a llorar. Eso es lo que tiene mi comisión. Que, aunque somos muchos, no dejamos de ser una familia».

De Xirivella y de Torrent. Por consiguiente, super-valenciano parlante. «No, no creo que no saberlo hablar haya sido excluyente. Yo sí que crero que se habrá valorado no ya hablarlo sino, por lo menos, intentarlo. A nuestra edad no está justificado no defenderse en valenciano. Tanto por lo que lo has dado como asignatura como por la radio y la televisión. Sólo por contagio ya es suficiente».

A Emma no le suena extraña la corte de honor. Hace diez años, siendo una adolescente, lo vio en la persona de su prima segunda, Rebeca Sanchis. Ya incorporada en el mercado laboral, es responsable de turno en la tienda Sprinter del Centro Comercial Gran Turia.