El concejal de fiestas, Pere Fuset, se reunió ayer con la directiva de la Junta Central Vicentina para avanzar en lo que son las líneas maestras de la nueva política municipal con esta fiesta. Entre los aspectos más importantes destaca la afirmación del propio Fuset en el sentido de no querer elegir personalmente a la honorable clavariesa, cargo que es prerrogativa exclusiva del concejal. «Yo ni puedo ni quiero tomar esa decisión», por lo que puso sobre la mesa de la JCV la posibilidad de crear una nueva fórmula que no sea la elección directa». Se planteó la posibilidad de sugerir nombres para que haya una terna, se descartó por supuesto que hubiese un jurado, no se negó la posibilidad de que el cargo lo desempeñara una mujer más joven de la norma habitual. Son propuestas que quedan sobre la mesa, pero lo que parece inamovible es que Fuset no tomará la decisión en solitario.

También se estudiará un posible cambio de ubicación del acto de exaltación «si éste no pierde un ápice de solemnidad», pero encaminado «a que los actos generales tengan un carácter más popular. No se puede ni se debe organizar un acto en el que se pida chaqué». Esto podría suponer que no se celebrara en Capitanía. Podría ser la Lonja si estuviera disponible.

También se cuestionó del concurso de «milacres» para que el jurado no sea prerrogativa exclusiva de Lo Rat Penat, sino que tuviera algún tipo de solución mixta. También se estudiaría algún recinto alternativo, si es viable, al salón de actos de la Once.

«Lo que pretendo es que la fiesta vicentina pierda esa sensación de fiesta de la burguesía que, al fin y al cabo, no se corresponde con la realidad de los altares, que son mucho más populares. Debemos buscar un equilibrio entre la solemnidad y el carácter de barrio. Incluso debemos plantearnos qué tipo de festejos le gustarían a San Vicente» aseguró Fuset tras la reunión, que continuará con otra en el mes de noviembre.