­La jornada de ayer estuvo cargada de emociones y muestra el incuestionable paso del tiempo. Las pruebas para fallera mayor de Valencia de 2016 están ya a punto de acabar. De hecho, ayer fue el último gran paseo. Mestalla y Oceanogràfic fueron los espacios en los que se movieron las infantiles. En el caso del campo de fútbol, por razones más que poderosas: uno de los miembros del jurado, Julián Carabantes, además de ser presidente de falla es la mascota del equipo. Y las niñas, obviamente, pudieron hacer el «Tour» con comodidad. Ahora quedan prácticamente los actos de despedida con los jurados, una última reunión poco o nada valedera ya para tomar la decisión.

Y, por contra, también ayer se escribió el último capítulo el grupo formado por Estefanía López y la corte mayor. El homenaje a la senyera de la Agrupación de Fallas Turia (Quart y Xirivella) fue la última vez que las trece vistieron el traje oficial. Las falleras aprovecharon las redes sociales para despedirse, tanto con palabras emotivas como con alguna imagen, como la de Amparo Lloret, besando la banda.

El miércoles quedarán juntas para escuchar el veredicto y el jueves tendrán un lugar en el hemiciclo (Estefanía y María Donderis, un palco). A partir de ahí volverán a la vida «civil» —en realidad, ya lo han hecho en los meses anteriores, cuando el tren de actos bajó el ritmo y, sobre todo, ya tienen su particular puesto en la historia.

Nace la subasta fallera

Entre que el medio maratón frenó la movilidad general y que quizá ha faltado promoción en el mundo de las fallas, ayer no funcionó la primera subasta de artículos falleros que ha creado la franquicia Nolotire Valencia. De hecho, tan sólo se colocó un lote por la falta de público. Pero lo cierto es que la idea, bien traída, puede ser una forma muy inteligente de trasvasar la propiedad de indumentaria valenciana, que es mucho más difícil vender en el entorno propio. Entre las varias docenas de trajes a la venta había mucho material que ya no se puede poner nadie con cierto sentido del gusto pero, por contra, sí que había prendas, especialmente de caballero, de bastante calidad.