Sofía Soler fue la primera en hacer historia en el nombramiento de falleras mayores de 2016 al ser de una comisión que no es del «cap i casal». Y dos minutos después Alicia Moreno protagonizó su particular registro al ser la primera vez en la historia que una joven de 30 años sale elegida fallera mayor. Es la consumación de una realidad de la fiesta: muchas falleras mayores de comisiones ya no acceden al cargo con la mayoría de edad recién estrenada. Ahora lo son con la carrera acabada y, si puede ser, con un sueldo para pagarse ellas misma los gastos. A Sandra Muñoz, que fue elegida con 28, le ha durado el récord cuatro años. Y Alicia, como ella, responde a ese patrón de mujeres ya asentadas en la vida.

La nueva fallera mayor es Visual Merchandiser „responsable de marketing„de la firma Adidas. Se le van a acabar los viajes, las estancias prolongadas en Madrid o en otras ciudades, que hasta ahora había compatibilizado de forma admirable con la vida en la falla, donde es uno de los auténticos motores de su comisión, Doctor Álvaro López-San Juan de Dios. Es el triunfo, nuevamente, de la falla «de barrio». Ayer eran docenas y docenas los vecinos que aguantaron estoicamente debajo de su domicilio cantando y quemando traca. Es el orgullo para una comisión que nunca había tenido ni siquiera una fallera en la corte de honor y que disfrutó ayer con el trajín de coches oficiales, falleras, falleritas, jurados, alcaldes y medios de comunicación.

Escribir «Alicia Moreno Morales» en el acta costó lo suyo. Porque el veredicto fue complicadísimo de resolver. Ayer se tuvo que deshacer entre nada menos que cinco nombres y hubo que llevar a cabo una votación, puntuando de cinco a uno cada una. Soltera y sin pareja ahora mismo, se ha valorado de ella la madurez y claridad de ideas. También se reconocía que le falta un punto de extroversión, que la haría casi perfecta y que ahora tendrá que ir asumiendo en un cargo «hacia afuera».

«Mi edad será una ventaja»

«¿Un problema mi edad? Todo lo contrario. Creo que va a ser una ventaja. Me considero una persona muy serena y con un alto sentido de la disciplina. Me dedico a tratar con la gente... espero estar preparada y lo afronto con una gran ilusión» aseguraba tras su particular victoria. El final a una jornada que «se hace larga, pero afortunadamente he hecho muchas cosas. He estado con una amiga, he ido a recoger el vestido, maquillarme, la peluquería... pero en la última hora estaba muy nerviosa».

Así se pusieron todos, porque Joan Ribó llamó por teléfono y ahí no contestó nadie. «Es que se ha oido mi nombre y entre que todos me han abrazado y los nervios, no había forma ni de cogerlo ni de contestar. Así que ha acabado la llamada. Afortunadamente no se han arrepentido y han repetido».

«Estuve un año en San Rafael-Antón Martín y me incorporé a mi actual falla con ocho años. Es una pasión. Disfruto muchísimo y siempre que he podido, he hecho de todo». Es difícil que una fallera no diga que «no se lo esperaba». «De verdad, te soy sincera si te digo que es así. Cuando han nombrado a Sofía he dicho que no se esperaran que esa llamada la repitieran aquí. Es que, además, cualquiera podía haberlo sido». La corte de honor llegó poco después. Se abrazó especialmente a María Bernabeu, su compañera de viaje en el sector de Malvarrosa-Cabanyal-Beteró. Después llegaron Estefanía López y su corte, que desde hoy pasan al forzoso segundo plano tras un ejercicio extraordinariamente ejecutado.

«Es tan perfeccionista y lo quiere todo tan al detalle y tan al milímetro, que a veces le tenemos que decir que eso no puede ser. Es una virtud, aunque a veces nos lleva al límite» decía su madre, Nati. «Pero precisamente por eso sé que va a ser una fallera mayor muy responsable con sus obligaciones». Contaba en las entrevistas previas que, nada más dejar el cargo de fallera mayor infantil, ya soñaba con serlo en mayor. Tantos años después, ahora tiene la oportunidad de demostrar que valió la pena esperarla.