Pere Fuset salió bien librado del primer movimiento materializado de contestación a alguna de sus decisiones al frente del gobierno de las fallas. Pero, a la vez, las comisiones le enseñaron una uña de la garra para recordarle que están alertas. Finalmente, la protesta, consistente en entrar tarde a la asamblea, fue secundada por medio centenar de presidentes. Su entrada en tropel fue llamativa, pero también es cierto que, para cuando accedieron, en la sala Iturbi del Palau de la Música estaba bastante llena. Se escenificaba, de esta forma, la queja no tanto por trasladar las reuniones mensuales fuera del ayuntamiento, que también, sino por hacerlo sin no haberse reunido con las fuerzas vivas de la fiesta para comunicarlo.

«Un debate fuera de la razón»

Pero, más allá del éxito, éxito relativo o no éxito de la protesta, lo que vino a demostrar el gesto es que los colectivos falleros, especialmente las agrupaciones tienen vigilado al actual equipo rector. La primera queja (la recogida de firmas por la reducción de la subvención en iluminación) fue abortada con una reunión previa. La de anoche no dejó en evidencia a Fuset, pero fue un leve toque de atención. Y no eludió el tema porque se refirió al cambio. «Este es un lugar más cómodo, creo que es evidente, pero también vamos forzados por los informes que hemos recibido y que tengo desde hoy mismo. Yo entiendo la posición emocional, pero pido que nadie haga demagogia con esto. La apuesta es probar este foro, ver si nos convence. Se ha aparcado, hay bar, hay aire acondicionado, hay una pantalla de proyección... mi obligación es convocar con un espacio suficiente. Legalmente, no puedo convocar a 400 personas en un lugar donde caben 131. Espero que esto se entienda. Y respeto los que piensan que las formas han podido ser mejores. Podemos debatir lugares, pero no un debate fuera de la razón o un debate técnico».

El concejal, sin embargo, también pudo darse cuenta de esa vigilancia que tiene porque, nada más empezar la asamblea, se oyeron críticas por proponer cómo gastar una partida de 20.000 euros del presupuesto de la Junta Central Fallera y que se había anunciado en la anterior reunión para que la gente pusiera a trabajar la imaginación. Hubo quejas por formularse tarde y mal y por no conocerse los prespuestos de la JCF previamente por saber donde hacían más o menos falta. «Este debate, por lo menos, no se había hecho nunca: debatir sobre la utilización de una partida presupuestaria de la Junta Central Fallera, algo que no había sucedido nunca. Y prometo que el año que viene será más» dijo el concejal, tratando de encontrar una lectura positiva al apasionado debate.