La modificación en la indumentaria de las falleras mayores y cortes de honor en el nuevo ejercicio se extenderán tanto al diseño de los trajes como a la modificación del peinado en el caso del traje «Siglo XVIII» como a otro aspecto que, hasta ahora, era una anomalía en toda regla: que las representantes de la fiesta estuvieran haciendo un gasto económico por asistir a un acto oficial. En concreto, a la «dansà» de la víspera de la Virgen. En este nuevo ejercicio se desatascará lo que había sido una constante: las trece falleras se hacían una pieza de indumentaria, pagada de su bolsillo, para un compromiso de la Junta Central Fallera. Unas compraron justillos para incorporar a la falda del «Siglo XVIII» y otras se hacían un traje completo (por ejemplo, las del pasado ejercicio) y que, además, luego ya no se volvía a utilizar (como mucho, doce meses después, ya fuera de la corte de honor, en la dansà que organiza la falla Doctor Collado).

Hay que recordar que este traje se empezó a confeccionar ante la evidencia de que era imposible bailar con las rígidas mangas del traje «Siglo XVIII» oficial. Ahora, la idea es que, utilizando como base éste modelo, se le pueda incorporar un cuerpo más cómodo y verdaderamente adecuado para bailar.

Este traje «particular» ya se reutilizó con la llegada del nuevo equipo directivo de la Junta Central Fallera, que pactó con Estefanía López, María Donderis y sus cortes de honor que se los pusieran en la romería del Cristo del Palmar.

Una novedad que gustó

Aquella novedad fue muy bien recibida y marcó también una línea de actuación que se tenía establecida como prioritaria en el aspecto de la indumentaria: acabar con el peinado de tres moños en ese traje. Es otra de las novedades para el ejercicio, puesto que las falleras llevarán, a partir de estrenar ese modelo, un único moño, el trasero. A tal fin, a las falleras se les facilitará una única peineta, modificada, en lugar de las tres piezas plateadas que llevaban hasta ahora. El cambio de peinado afectará a las 26: la fallera mayor no irá, en ningún caso, con tres moños cuando la corte vaya con uno.

Ese cambio de peinado, que se realizará de tal manera que sea compatible con poder ponerse los tres moños durante un mismo fin de semana (cuando se pusieran el traje «Siglo XIX»), es un nuevo episodio dentro de la readecuación del traje antiguo. Ya en el año 2010 la firma Art Antic confeccionó un nuevo aderezo, en plata, para sustituir al de «racimo» que hasta entonces también se llevaba en ese traje, algo que estaba considerado poco menos que una aberración.