Nadie le dijo a Pere Fuset que iba a ser fácil su travesía por el gobierno de las fallas. Y buena prueba de ello han sido sus tres últimas asambleas. En la primera, septiembre, paró en el último minuto del pre-partido una protesta generalizada, a base de firmas, por haber rebajado en dos puntos la subvención a las luces para redistribuirla en otros conceptos. En la segunda, octubre, tuvo un plante de una parte de los presidentes por el traslado al Palau de la Música. Y en la tercera, noviembre, tuvo «espantà»-protesta de asistentes tras una votación y cinco veces le hablaron de «censura» por no publicarse una poesía en valenciano no normativo.

Si las primeras eran discrepancias estructurales, la última ya entra en el marco de lo ideológico. Y, de hecho, en las redes sociales se estableció ayer un amplio debate con posiciones claramente encontrados: los que defendían la existencia de una legalidad gramatical reconocida por el Estatuto de Autonomía y los que acusan al edil de «sectarismo» „han llegado ya a aparecer «memes» con su foto cabeza abajo„ por no permitir otro valenciano que el de la Academia Valenciana de la Llengua. El debate está en la calle y sólo el paso del tiempo dirá si es una protesta duradera o del momento. Fuset se ha encontrado con las críticas de entidades como la Associació d'Escritors en Llengua Valenciana y, sobre todo, el Casal Bernat i Baldoví, confesas seguidoras de las normas de El Puig. Lo Rat Penat guarda silencio a la espera de su reunión con el edil.

Un tema sensible que conlleva desgaste. Pero ayer Pere Fuset aseguraba ser consecuente con la decisión de ceñirse a la legalidad. «Es un desgaste relativo y, en todo caso, previsto. Los que más me atacan nunca los iba a tener de cara. Pero yo tengo que ser consecuente. Independientemente de que, como he dicho repetidamente, la decisión de eliminar las poesías estaba tomada de antemano. A Empar Cabrera se le dijo que hiciera los versos, pero la anterior corporación, no nosotros». Y ante la pregunta, otra. «¿Cual habría sido la alternativa? ¿Ponerlo mal? ¿Incumplir la ley y que alguien saque me saque los colores son alternativas peores. Y yo tengo que ser consecuente con mi programa. Nunca hemos hecho doble lenguaje».

La presencia de Lo Rat Penat en el Libro Oficial ha ido menguando con el paso de los años. Antes se publicaban varias páginas con el listado de premios y una por cada premio extraordinario, con un fragmento de las poesías. Éstas desaparecieron y se quedaron sólo las portadas premiadas y en los últimos años sólo el listado de galardones. Y aunque las discrepancias no proceden de siglas de partidos políticos, sí que aprovechó Fuset para cargar contra el PP. «Ahora alguno de sus asesores retuitea el tema y tengo que recordar que, estando el PP es cuando, en el último Congreso Fallero, el ayuntamiento obligó a cambiar el articulado aprobado para reconocer a la de la AVL como la normativa oficial». Señaló que «cinco personas hablaron de censura, pero sólo una de ellas lo hizo en valenciano: la presidenta de Santa María Micaela y lo hizo en términos muy correctos y respetables» y lamentó que «nos hemos quedado en este debate, mientras pasan desapercibidas otras gestiones que son importantes para la fiesta, como el traslado de la Exposición del Ninot o que estemos realizando reuniones de trabajo, como las del estudio de las subvenciones, como nunca se habían hecho».

Estas polémicas también están terminando de dibujar el panorama asambleario en el que, contrariamente a otros cambios de legislatura, aún no se vislumbra que los grandes ponentes, al menos de momento, lo hagan en nombre de grandes partidos. Resulta evidente que el presidente de la Agrupación Sagunt-Quart, Pedro Pons, ha tomado posición como asambleario crítico de primer orden, seguido de Sofía Parra, miembro del Casal Bernat i Baldoví, mientras que el presidente de la Interagrupación, Jesús Hernández, también está dispuesto a tener un papel protagonista.