La inauguración de la Exposición del Ninot de 2016 será uno de los actos que cambiará de concepto, dentro de lo que se puede cambiar en unas liturgias más o menos previsibles. De esta manera, el arranque del festejo pasará a ser un espectáculo de ninot, luz y color. En lugar del tradicional estreno de sábado por la mañana, pasará a ser viernes por la noche (5 de febrero). El traslado a la Ciudad de las Artes y las Ciencias ha propiciado la creación de un evento nuevo, en el que la primera visita a los Ninots estará rematada por un espectáculo pirotécnico, uno de los que se quiere poner en valor y que difieran de la habitual «mascletà» o castillo. El recinto permite jugar con algún tipo de efecto pirotécnico que sirva de remate para una noche que sería el particular «Black Friday» del gran protagonista de la fiesta, el ninot de falla, y al que se prevé acudirían los grandes adictos al monumento fallero.

La Exposición del Ninot es una de las grandes apuestas del equipo rector para el presente ejercicio. Sobre todo, por lo que supone cambiarlo de emplazamiento y, con él, abrirse las dudas sobre comodidad de cara a las comisiones falleras. Buena parte del éxito o el fracaso de la iniciativa residirá no tanto en el número de visitantes que acudan a verla como de que las comisiones tengan más o menos problemas para hacer la visita o para recoger sus figuras.

Ahora falta cómo distribuir los ninots en el nuevo espacio. Eso se debe decidir en la asamblea de presidentes y las opciones son dos claramente definidas: por sección o por número de falla. Por sección es lo que se ha venido realizando hasta ahora, empezando por las categorías más modestas y acabando con la Especial en lo que sería, en líneas generales, un recorrido en calidad creciente. Lo que los organizadores tienen claro, si esta es la opción que prima, es que la distribución no crearía un espacio muy determinado para la Sección Especial „lo que llaman la «Sala de Indultos»-.

De la misma manera, lo que se evitará es el excesivo abigarramiento de las figuras infantiles que, en el peor de los casos, irán en dos niveles de altura (no tres como ahora) y se evitará el metacrilato que los tapaba.

La otra opción ya la ha apuntado el Gremio de Artistas Falleros: que sea por número de censo de las comisiones. Pero eso no quiere decir que, por ejemplo, el primer o el último ninot sería siempre el del Mercado Central (la falla número uno). En este caso lo que se haría es un sorteo y, a partir de la falla seleccionada, ir alineándolos a criterio creciente o decreciente. Por poner otro ejemplo, lo que sí que es cierto es que, salvo que le tocara ser la primera o la última, el Mercat de Russafa (la número 2), siempre estaría flanqueada por Mercado Central (1) y Doctor Collado (3).

El Gremio también propone, de cara a próximas elecciones, que la presentación de ninots sólo sea obligatorio para las comisiones de Especial y Primera A y B.