La reunión del concejal Pere Fuset con la directiva de la Junta Central Vicentina no dejó sentada de forma definitiva ninguna pauta. Todo son proyectos y decisiones, pero por tomar. En principio no hay prisa porque faltan todavía varios meses. Lo más urgente es la elección de la honorable clavariesa, para lo que le queda un mes. Fuset se mantiene en enviar la «carta de motivación» y que no quiere ser él quien elija. En los altares está el sentimiento del coste social que puede suponer la formación de candidaturas, pero cualquiera de ellas puede aceptar el reto, especialmente aquellas que tienen una estructura en la que sí que puede darse la posibilidad de que haya mujeres capaces de asumir el reto de la «competición» (Russafa, Ángel Custodio...). El tema está sobre la mesa sin cerrarse todavía.

Pero hay más: los escenarios de eventos. El primero es el de la exaltación de la honorable. Se buscan lugares que sustituyan el recinto castrense del antiguo convento de los dominicos, ahora Capitanía. Un argumento que se esgrime ahora para descartarlo es que, a una determinada hora, ya no se puede acceder al mismo precisamente por ser un cuartel militar. Tras aparecer la opción de la Lonja en la pasada reunión, ahora surge el del Convento de Santo Domingo, en la calle Cirilo Amorós. En principio, los dominicos no tendrían problema en recibir un acto al que se pretende dar un carácter abierto.

Por lo que respecta al concurso de «miracles», se está trabajando en una nueva opción: ponerlos en valor en la calle, donde se han celebrado desde hace siglos. El Mercado de Colón es una opción muy bien valorada. Se pondría un escenario en la zona cubierta para que los niños de los altares hicieran las interpretaciones. Esta opción requeriría, eso sí, un esfuerzo a nivel técnico para aumentar el número de micrófonos de diadema para garantizar la acústica.

Y también está la cuestión del libro oficial, que refleja un clima de división entre asociaciones puesto que se ha convertido en una particular ceremonia de la confusión. El libro (que, por cierto, se imprimirá en la Diputación buscando un abaratamiento) tendrá una filosofía similar al fallero: los textos oficiales serán en valenciano normativo. Y, en teoría, las colaboraciones se dejarán en el idioma en el que estén escritas. Aún así, existe controversia sobre el tema, en el sentido de donde empiezan los escritos oficiales y donde las colaboraciones externas.

El presupuesto de la Junta Central Vicentino sufrirá un recorte entre mil y tres mil euros, aunque Fuset ha prometido que, a cambio, habrá cesión de elementos en especie.