La polémica suscitada entre la empresa Antigüedades Me Encanta y el secretario general de la Junta Central Fallera, José Martínez Tormo, a colación de la cesión gratuita de las puntillas para la mitad de los trajes de la corte de honor tiene un relato coincidente entre las dos versiones, pero la interpretación difiere llegado un momento. La empresa ofreció regalar las puntillas a dos de los trajes (uno de la corte mayor y otro de la infantil), a lo que el responsable ejecutivo del organismo fallero accedió. El desencuentro llega cuando esta firma quiso hacer una presentación de su producto (como hacen otros proveedores oficiales) y escogió como escenario el Museo de la Cerámica González Martí, en el Palacio del Marqués de Dos Aguas. En ese momento solicitaron al propio Martínez Tormo una carta para calificar el acto como «cultural» y, de esta forma, quedar exentos de la tasa de tres mil euros. «Nosotros inocentemente pensamos que no habría ningún problema ya que lo que estábamos organizando era un evento exclusivamente para entregar los encajes y explicar el proceso que hace 150 años requería cada pieza para ser realizada, en ningún caso era un evento privado de mi empresa». Ahí llegó el desencuentro.

«Ética y responsabilidad»

José Martínez Tormo explicó, en este sentido, que «en ningún momento se puede realizar una acción que pueda interpretarse como un trato de favor a una empresa privada que no haya sido acordada de antemano dentro de la ética y la responsabilidad dfe la administración pública. Lo que solicita esta firma es era y es una situación de privilegio a la que otras firmas no han podido acceder» a la vez que lamentaba que «la firma haya querido implicar a terceras personas». Ahora queda una cuestión en el aire: ¿qué pasa con las puntillas, que ya las tienen las indumentaristas?. La empresa dice que «hemos decidido continuar regalando las piezas a las chicas ya que ellas no tienen culpa de lo sucedido» y Martínez Tormo, que «si, en efecto, es su deseo, comunique formalmente y por escrito la anulación de su ofrecimiento». La empresa ha tasado las puntillas en diez mil euros.