Una fusión entre elementos que recuerdan a la "estoreta velleta" e imágenes fácilmente reconocibles que incluyen llamas, risas, "dolçaines" o falleras forman la estrategia de comunicación en que se convierte, en la edición de 2016, el cartel de Fallas.

El proyecto, original de Ibán Ramón y que acaba de ser desvelado, supone un cambio respecto a la tendencia habitual, que se basaba en un concurso. En esta ocasión se ha preferido la contratación directa y, por consiguiente, "poder trabajar el tema y desarrollarlo de forma profesional", según ha asegurado el autor durante el acto de presentación.

El cartel "titular" de la serie será el que simboliza al monumento fallero, pero los demás acompañarán al resto de actos de la semana fallera. No obstante, el concejal de Fiestas, Pere Fuset, ha advertido que utilizará esta serie de láminas para "promocionar de manera internacional la fiesta" ante su inminente examen como posible Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.