Las «mascletades» del día de la Crida van fuera del catálogo, el de los días 1 a 19. Prueba de ello, por 0ejemplo, es que ni siquiera suena el «Valencia en Fallas» al acabar. Más aún: la popular tonadilla, modernizada por Bajoqueta Rock, se presentará esta tarde, tras haberse disparado otra descatalogada, la de Amstel. Pero los elementos químicos que se disparan son los mismos. Elementos químicos que no pólvora, porque si lo fuera, la plaza estallaría en mil pedazos. Siendo domingo, y con las ganas que había ya de que regresaran las sensaciones, la plaza se comportó como una jabata y cumplió con la cuota exigible para alcanzar la condición de gran acontecimiento. Esto es: que desde una perspectiva alta, la alfombra humana alcanza hasta el final de las calles.

Se estrenaron las falleras mayores y las cortes en un balcón que acabará siendo un auténtico símbolo para ellas. Alicia Moreno y Sofía Soler autorizaron al alimón (eso sí que se hace ya con este disparo) y Joan Ribó lo vivió en un ligero segundo plano. Sin estridencias, pero no por ello alejado del balcón. Lo cierto es que las protagonistas así fueron las falleras. Además, abajo sólo había voces amigas. Ni intifallas (que anuncian que volverán desde el día 1), ni reivindicaciones laborales. El balcón estaba inusitadamente vacío, cosa que aprovecharon los padres de la corte infantil para dejarse ver. Será a partir del martes cuando lleguen las medidas restrictivas y la invitación a comisiones de falla y ciudadanos de a pie. A las falleras les esperan unas sesiones gráficas interminables.

Siete lipotimias y una crisis epiléptica son el levísimo balance de la Cruz Roja. No hacía sofoquina como para hacer trabajar tanto a los sanitarios.