El ayuntamiento fue escenario ayer, al acabar la «mascletà» de un acto de homenaje, dentro del Día de la Mujer, a cuatro de ellas que marcaron hitos en la cultura festiva. Caridad Pinto, por ejemplo, recibió el reconocimiento por haber sido la pionera prácticamente en todo dentro del oficio de artista fallera. Porque fue la primera en el oficio, la primera que consiguió el título de agremiada y la primera que plantó en la Sección Especial, en este caso en la infantil. «Maruja», que estuvo casada con el artista Manuel Giménez «Cotanda», es, a lo largo de la historia de la fiesta, un icono y una persona muy querida entre la familia de artesanos.

También se reconoció a Paqui Romero, que fue la primera mujer que formó parte de la Junta Central Fallera y, además, como cargo electo. Lo hizo en los años 1984, 85 y 86 representando al sector de Campanar. Mientras, su marido era presidente de falla, pero después sería él, Ximo Muñoz, uno de los directivos más longevos de la Junta Central Fallera. Paqui recordó una anécdota como fue la de cuando le sugirieron vestirse con pantalón negro y chaquetilla negra. «A lo que, obviamente, me negué. A raíz de eso es cuando surgió el hacer una banda con el color verde». La colaboradora de Levante-EMV, Mara Calabuig, también recibió el reconocimiento por ser pionera en el periodismo festivo. Fue la primera mujer que estuvo al pie de los grandes eventos falleros en un periodismo que, por entonces, alboreaba. Por último, tambien hubo homenaje para «Vicentica» Peñarroja. Fue Reyes Martí la que glosó su figura. No es la más antigua en el oficio de «cohetera», pero sí la decana en estos momentos.