Las fallas se nutren históricamente de sus grandes monumentos y, por extensión, de figuras emblemáticas. Y este es un fenómeno que se ha multiplicado en los últimos años. La multiplicación de los soportes gráficos y el creciente interés por la falla como elemento plástico ha generado una auténtica revolución: hay figuras que acaban por convertirse en emblema de la fiesta.

No es necesario que sean de la ganadora de Sección Especial. Ni siquiera que sean de la máxima categoría. Así, en los últimos años hay figuras, siempre con rasgos humanos, que han alcanzado la inmortalidad. Desde fallas modestas, como la enfermera de Corretgería al «Floreal» de Cuba-Literato Azorín de 2012. El año pasado, el proceso se repitió con una figura de Primera A: la fama de época de Maestro Gozalbo-Conde Altea.

Un año de gran calidad

La edición de 2016, cuya calidad general está gustando mucho, tiene figuras que van a tratar de alcanzar esa condición. Posiblemente, de entre las que ya están en la calle desde hace unos días, hay algunas que han destacado poderosamente en esa particular forma de llamar la atención: el Baco de Almirante Cadarso-Conde Altea, «Maléfica» de l´Antiga de Campanar, el beso de Na Jordana y la chica de circo de Sueca-Literato Azorín.

Pero en los siguientes días han ido apareciendo otras de no poca fuerza de atracción, más las que todavía tienen que destaparse. Estas figuras nunca alcanzarán la condición de ninot indultado, naturalmente, por sus dimensiones, aunque la tecnología sí que permite ahora recuperarlas a tamaños más pequeños si así se desea.

Mientras tanto, ayer empezó de verdad al apretar la «plantà» con la subida de remates. Lo que ha dejado el fin de semana perfecto para hacer visitas. Siempre y cuando el tiempo no lo arruine durante el fin de semana, que es el tiempo elegido para poner los grandes volúmenes de la práctica totalidad de proyectos. El lunes ya tiene que estar todo puesto. Ayer, incluso algunas fallas infantiles estaban en las demarcaciones.