Cirilo Amorós, la vía que cruza de extremo a extremo el barrio de Pla del Remei, es junto a la calle Cuba la que mayor número de fallas cuenta en su recorrido, nada menos que cinco monumentos. La reforma integral que han sufrido algunas de las calles perpendiculares, como Conde Salvatierra, Pizarro o Félix Pizcueta ha mejorado notablemente la movilidad del barrio, básicamente para los peatones, que ahora disfrutan de amplias aceras para empaparse del ambiente fallero. Mientras, la vida sigue igual para los vehículos, que cuentan con los mismos accesos e itinerarios que antes de las obras.

Comenzando por el monumento más grande, el ubicado en la intersección de las calles Grabador Esteve-Cirilo Amorós, de Primera A, es uno de los que todavía no se han beneficiado de la reforma integral de la vía, el chaflán continúa reservando zonas para el aparcamiento de vehículos que en Fallas se anulan. Así pues, ni los peatones gozan de mayores comodidades, ni tampoco los automovilistas tienen la opción de circular por este tramo del barrio, a pesar de ser la de mayor categoría.

Si seguimos nuestro recorrido en dirección Russafa, nos encontramos con el siguiente monumento, el de Conde Salvatierra-Cirilo Amorós, de Primera B. Desde hace pocas semanas los vecinos disfrutan de las comodidades que supone la reurbanización, con aceras mucho más anchas. Además, los vehículos pueden circular por Conde Salvatierra, lo que por una parte obliga al monumento a desplazarse unos metros para facilitar el paso de coches. La presencia del Mercado de Colón y que es una de las principales vías de acceso a los centros comerciales de la calle Colón, obliga a mantenerla abierta al tránsito.

En Isabel La Católica-Cirilo Amorós, de Segunda Categoría B, tampoco ha llegado la reforma, pero sí que deja espacio para circular a los vehículos, ya es otra de las travesías de acceso a los centros comerciales de la calle Colón. El tamaño del monumento facilita la operación, puesto que está desplazado hacia uno de los chaflanes del ensanche.

Las cosas también siguen igual para el monumento de Pizarro-Cirilo Amorós, que pese a tener un tamaño menor y pertenecer a la categoría Tercera A, ocupa todo el chaflán, que está completamente reformado. El enorme dragón está situado justo en el centro de la plaza que se forma. En el calle Pizarro hace pocos días que plantaron el nuevo arbolado, por lo que el aspecto de la calle es totalmente nuevo.

Por último, la falla más pequeña del eje, la de Félix Pizcueta-Cirilo Amorós, de categoría Quinta C, es la que quizá cuenta con mayor número de actividades paralelas, ya que si bien permite la circulación de vehículos que provienen de la calle Russafa, tiene ocupada la calzada de Féliz Pizcueta con numerosos puestos de comida que ayudan a los visitantes a reponer fuerzas. Por ello, a pesar de que la falla es modesta, se trata de unas las vías con mayor tránsito de personas. Su reforma, que el año pasado ya estaba realizada, cuenta con una peculiaridad, ya que la plaza cuenta con adoquines especiales para aguantar el calor del día de la cremà.