«Están alucinando con la participación de la gente en la fiesta», aseguraba José María Chiquillo ante la Geperudeta, liderando la comitiva de la Unesco que visita la ciudad estos días para decidir la próxima reunión en junio, en el año en que la ciudad se ha convertido en capital de la Ruta de la Seda. Junto a Chiquillo „coordinador del proyecto en España„ siete miembros llegados de Turquía, Oman, Corea del Sur, Iran o China, además de dos delegados de la propia Unesco de París; recorren desde ayer y hasta el domingo una ciudad en plena celebración, en unas fechas en las que es imposible desligar cualquier valoración de lo que ofrecen las Fallas.

«Lo que intentamos, en este sentido y relacionándolo con la Ruta de la Seda, es que vean que, más allá del legado tradicional que tenemos con los países respecto a este tejido, aquí se mantiene vivo», recalcaba Chiquillo, refiriéndose precisamente a la indumentaria de las falleras. Mientras hablaba el delegado español, los miembros de la expedición revoloteaban por la plaza con la cámara de fotos en mano, repitiendo instantáneas de la florida Virgen.

La Ofrenda forma parte del recorrido festivo por el que se les está guiando estos días: el anfitrión les ha llevado ya por la falla ganadora, la de Cuba-Literato Azorín, y por Na Jordana, donde tenían un conjunto dedicado precisamente a la Ruta de la Seda. La cosa no acabará ahí, puesto que hoy comerán en el Ateneo, desde donde verán la mascletà, y esta noche asistirán a la Nit del Foc. Mañana, además, se producirá la recepción de Ribó en el balcón del ayuntamiento, antes de disfrutar de una última mascletá. Hoy, además, visitarán a mediodía el colegio de Arte Mayor de Seda.

«La pólvora, las paellas en la calle, es en lo que más se fijan», incidía Chiquillo, que apunta otro dato interesante: la expedición que visita Valencia no es la que decidirá en noviembre si las Fallas se declaran Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, pero sí hay una relación. Por una parte, quienes hoy recorren la ciudad influirán en el voto de los que sí tendrán capacidad de elección. Por otro, apuntaba Chiquillo, alguno de los integrantes de este heterogéneo grupo forma parte del comité elector.

Ayer se subieron a una de las gradas de la plaza y se fotografiaron con alguna fallera, mientras pedían instantáneas a los fotógrafos de prensa. La estrategia es que el entusiasmo de los visitantes se contagie a quienes tienen que decidir si la fiesta merece ese distintivo.